Incluso un concejal palpaleño indicó que directivos y docentes tienen miedo de denunciar la situación y ser víctimas de sanciones, principalmente después de que la ministra de Educación esquivara preguntas y cuestionamientos sobre la situación en escuelas y colegios.
El problema llegó hasta la puerta del Ministerio de Educación, o al menos bastante cerca, cuando padres de alumnos de Bachillerato N° 6 reunieron y expusieron las latas de pegamento que se vende fraccionado, junto a otros objetos, para aspirarlo. Identificaron a personas que se presume son quienes comercian este elemento, dieron varios detalles de la situación, pero aparentemente nadie los escuchó.
Semanas después de que se conociera este reclamo de padres y vecinos, el ministro de Seguridad, Luis Martín, desmintió categóricamente que hubiera venta o consumo de drogas en el interior o los alrededores de establecimientos educativos.
También dijo que todos los directivos y funcionarios escolares habrían negado unánimemente la misma posibilidad.
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A finales de septiembre, pocos meses después de esas “categóricas” expresiones, entró en vigencia la Ley de Narcomenudeo. Con la misma bajo el brazo, el comandante Luis Martín dialogó con periodistas de otro medio informativo local, y les dijo que una de las prioridades en este nuevo proyecto de seguridad y lucha contra el narcotráfico es la protección de los entornos educativos, por lo que se apunta a combatir “el suministro de drogas en proximidades de las escuelas”.
¿No era que no había suministro de drogas en proximidades de las escuelas?