Jujuy | Polémica |

Ambiente: la ministra se aísla ante las críticas

Con fuertes cuestionamientos en su contra y hasta un pedido de interpelación en la Legislatura, la ministra de Ambiente, María Inés Zigarán optó por eludir las apariciones públicas; la proliferación de mega y micro basurales, los residuos patógenos, los retrasos de GIRSU y la falta de políticas medioambientales, la comprometen.

Con las elecciones provinciales en puerta, el gobierno de Morales busca proyectar unidad dentro de su gabinete y apuntalar las aéreas más sensibles y cuestionadas.

El mandatario se muestra acompañado de sus funcionarios pero hay algunos que brillan por su ausencia, tal es el caso de Juan Carlos Abud Robles (Desarrollo Humano) y María Inés Zigarán (Ambiente).

Ambos ministros han reducido significativamente sus presentaciones en público quizás en pos de evitar los cuestionamientos de la prensa sobre temas importantes en los que el gobierno parece haber perdido la brújula.

La cartera que preside Zigarán se planteó como meta, en los inicios de la gestión, generar un cambio sustancial en la gestión y disposición final de los residuos.

En mayo del año 2017, la funcionaria anticipaba que el área tenía relevados al menos 400 basurales en toda la provincia, los cuales se encuentran distribuidos en todo el territorio.

La cifra creció y el número de basurales se disparó considerablemente. Los megabasurales se han vuelto moneda corriente y en muchas rutas se expanden a lo largo del camino alcanzando arroyos y ríos, contaminando todo a su paso.

En el último tiempo se comenzaron a detectar más y más microbasurales en barrios céntricos y en plazas. Ubicados a solo metros de muchas viviendas, suponen un riesgo medio ambiental serio.

No es de extrañar que el número de casos de hantavirus sea tan elevado en Jujuy (ya hay un fallecido) si se tiene en cuenta que la enfermedad la transmiten los roedores que proliferan, junto a otras alimañas, en sitios donde se acumula basura.

Los ciudadanos no hacen su parte y arrojan la basura donde no corresponde y si a eso le sumamos la falta de políticas ambientales del gobierno tenemos un combo letal.

El primer Centro Ambiental en Jujuy quedó como un sueño. La obra prometía ser el depósito de residuos municipales que se requería. También tendrían su lugar la zona de la Yungas en Libertador General San Martin y la zona de Puna y Humahuaca en Tres Cruces había detallado en su momento la ministra de Ambiente María Inés Zigarán.

Aquí comienza a hacer ruido la promesa de la empresa GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos), la principal herramienta con la que el gobierno se proponía a hacer frente a la cuestión de la basura en pos de lograr cumplir con la meta de un “Jujuy Verde”.

A la fecha, el gobierno cuenta con un crédito millonario para poner en funcionamiento a GIRSU pero reconoce que demorará años consolidarlo en el aspecto práctico.

El otro tema que viene haciendo ruido es el de los residuos patógenos. En abril,  imágenes difundidas por los dirigentes de la izquierda dejaban en evidencia que, en inmediaciones de finca El Pongo, montañas de bolsas con residuos patógenos se desechan al aire libre, sin el procesamiento adecuado en un horno autoclave como recomiendan los estándares de protección del ambiente. 

La denuncia retumbó en el Concejo Deliberante donde los concejales del oficialismo en vez de atender la problemática  buscaron cuanto pretexto pudieron para frenar la polémica y archivarla.

La Izquierda no dejó la cuestión ahí y llegó hasta la Legislatura. Los diputados del bloque del PTS en el Frente de Izquierda, Natalia Morales, Alejandro Vilca, y Eduardo Hernández, presentaron un pedido de interpelación a la ministra de Ambiente.

Pese al daño que ha sufrido la imagen de su cartera, la ministra optó por no dar explicaciones y se convirtió en una testigo pasiva de una problemática medioambiental que está alcanzando su punto más álgido. 

 

 

 

Temas

Dejá tu comentario