- Decenas de edificios escolares se encuentran en pésimo estado de conservación.
- El Ministerio de Educación cuenta con relevamientos completos de la infraestructura escolar desde 2016.
- Los 300.000.000 dólares correspondientes al crédito educativo contemplaban la refacción de 700 escuelas, pero recién arreglaran 7 para el corriente año.
Las aulas se inundan y el Ministerio de Educación hace agua
De las 700 escuelas que iban a ser refaccionadas con el millonario crédito otorgado por el Banco de Desarrollo de América Latina, recién siete empezarán a beneficiarse a partir de abril. Durante los últimos tres años la prioridad fue construir nuevos edificios, a costa de abandonar decenas en funcionamiento. El gobierno tenía pleno conocimiento del delicado estado edilicio pero optó por la propaganda política que ofrecen los actos inaugurales.
Los ministros provinciales de Salud y Educación se encontraron el miércoles en la Escuela N°1 "General Manuel Belgrano", en el marco del lanzamiento del Programa Provincial de Salud Escolar, un acto de suma importancia para fortalecer el bienestar del alumnado jujeño. Pero tal evento por más pompa e invitados (diputado Gutiérrez y el senador Fiad) que disponga, no ocultará la enorme cantidad de colegios ediliciamente desfavorecidos de Jujuy. Hablar de salud cuando los hongos y humedad se cuelan por las paredes, es cuando menos poco serio. Ni hablar de la comida en mal estado que llegó a ofrecerse en comedores escolares de San Pedro.
Previo inicio del período de clases 2023, desde la Secretaría de Infraestructura Escolar fueron ratificadas las condiciones para el dictado normal. Un mes después las lluvias y el escaso mantenimiento demostrarían que no era tan así. Múltiples denuncias por falta de designación de personal docente y no docente, aulas inundadas por problemas en la cubierta del colegio, techos que se desmoronan y más episodios fueron sucediendo en semanas posteriores. Coincidencia o no, el día 20/03 la ministra María Teresa Bovi rubricó la firma de “contratos con empresas constructoras, para la ampliación y remodelación de las siete primeras instituciones educativas, en el marco del Programa de Mejora del Acceso y la Calidad Educativa (PROMACE)”, según reza el parte de prensa.
Haciendo algo de memoria, debieron pasar más de 3 años desde que Nación avaló ante el CAF – Banco de Desarrollo de América Latina el desembolso de los primeros U$S 67.000.000 (el total ronda los U$S 300.000.000) antes de ver una de las 700 escuelas refaccionadas. Aunque a ritmo cansino las 258 obras nuevas se van concretando, aproximadamente 30 fueron entregadas a la comunidad educativa, pero mejorar los edificios preexistentes sigue siendo un tema pendiente.
¿Por qué teniendo conocimiento del estado crítico de muchas escuelas no invirtieron el crédito rápidamente? Probablemente por necesidad urgente de equilibrar oferta-demanda. No es noticia nueva, escasean bancos en Jujuy, aunque también hay una lógica publicitaria. Crear un producto nuevo siempre tiene más impacto en la mente del votante promedio. Actualmente numerosas escuelas llegaron al segundo mes de clases con aulas húmedas, techos que se caen, talleres peligrosos, entre otros problemas.
Queda claro que la intención del PROMACE y el Ministerio de Educación no era otra que vender obras como si se tratase de un mercado inmobiliario. Siempre tuvieron conocimiento de la infraestructura que dispone la provincia, desde 2016 están los documentos sobre la mesa. Por ejemplo hacia mediados de 2016, el arquitecto Andrés Perkons, por entonces director de Mantenimiento reconocía que tras relevar superficialmente el escenario “el 65% de los edificios escolares están en mal estado”, solo tres meses después y terminado el diagnóstico, el mismo funcionario daría una cifra aún más alta.
Por ese entonces distintos profesionales de la construcción recorrían la provincia recopilando información y elaborando proyectos de mejora en consecuencia. Una de las críticas más fuertes del actual oficialismo a sus antecesores, era el estado de dejadez para con las escuelas que heredaron del fellnerismo. Culminado el estudio fue el propio gobernador quien se encargó de informar públicamente la necesidad de $5.000.000.000 para arreglar las escuelas y la necesidad de sumar al menos 97 nuevas.
Desde ese entonces hasta el último anuncio de refacción descripto líneas arriba, pareciera que no tuvo lugar ninguna mejora. Por 2018 el ex secretario de ADEP Darío Abán repetía en cada entrevista la necesidad de recuperar los ámbitos de trabajo docentes, hasta ofrecía una radiografía elaborada por los propios educadores, con tal de refrescarles la memoria a los funcionarios. Aunque el tema llegó a ser tratado en el afamado Pacto Social Educativo, tampoco hubo repercusión oficial. De hecho dos años después Abán seguí reclamando en vano.
Durante la etapa crítica de la pandemia, los docentes volvieron a enviar señales de alerta. La flamante secretaria general electa del CEDEMS Mercedes Sosa señalaba en 2021 “antes del inicio de la pandemia, la estructura de los edificios escolares ya era muy precaria, durante la pandemia no hubo inversiones… Hoy hay directivos que denuncian las condiciones de las escuelas con una total falta de salubridad, con yuyos alimañas”. Mucho más que un deja vú de lo que viene ocurriendo en el corriente ciclo lectivo.
Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) también se expidieron sobre los problemas edilicios antes de reabrir las escuelas en marzo de 2022, el gremio que posee muchísima presencia entre personal de maestranza y mantenimiento de Jujuy advirtió que “el 90% de los edificios tenía problemas”, como ser fallas en instalaciones eléctricas, baños fuera de servicio, mantenimiento general. O sea que en los últimos 6 años de gestión política, Gerardo Morales y sus funcionarios no han podido disminuir si quiera un poco el problema histórico, decenas de Escuelas se caen a pedazos.