Entre la población que acusa los peores golpes de la crisis económica se encuentran los menores de 0 a 14 años, Unicef sostiene desde hace tres años que “2 de cada 3 niñas y niños argentinos son pobres o están privados de derechos básicos”. Datos parcialmente ratificados por el Indec que informó hacia fines del año pasado que 54,2% de el mencionado rango etario vivía en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza, 1.306.000 incluso en situación de indigencia (no pueden acceder al total de la Canasta Básica Alimentaria).
Los números de pobreza pueden variar en mayor o menor medida entre provincias, Jujuy por ejemplo supera la media nacional con 41,8% de su población con ingresos económicos insuficientes. Por eso no termina de sorprender la gran dependencia de instituciones no gubernamentales para equilibrar la demanda por alimentos insatisfecha.
Basado únicamente en el registro del Registro Nacional de Comedores (ReNaCOM) cuya información solo contabiliza comedores y merenderos comunitarios, excluyendo establecimientos educativos, también iniciativas independientes e improvisadas: Jujuy cuenta con 1.734 inscriptos hasta mayo de 2023 cuando la Jefatura de Gabinete de la Nación respondió al requerimiento de información de los diputados nacionales.
La cantidad de fondos asignados puede variar según el plan de alimentación y la cantidad de comensales, por lo que no habría punto de comparación entre jurisdicciones: Buenos Aires cuenta con 15.223 establecimientos identificados, mientras que Santa Cruz solo dispone de 86. Sin embargo gracias a una simple ecuación entre cantidad de habitantes y comedores/merenderos puede concluirse que Jujuy cuenta con la mayor dependencia de estos espacios (1 cada 460,18 personas asisten) seguido por Salta, Chaco, Formosa, La Rioja y Tucumán, en su mayoría provincias pertenecientes al Norte Grande Argentino.
Al comparar los datos expuestos líneas arriba con el cociente obtenido en provincias de las regiones Centro y Patagonia es innegable la histórica y desigual distribución de ingresos: Santa Cruz, CABA, La Pampa, Neuquén, Entre Ríos y Río Negro (ordenadas de menor a mayor según ranking de dependencia). Vale aclarar que tales conclusiones no replican el nivel total de asistentes a comedores por provincia, tampoco la cantidad de lugares actualmente en actividad, se trata de una relación entre datos oficiales devenidos del gobierno nacional, una muestra de la crisis social, económica y alimentaria.
En ese contexto local tan crítico, sobre todo afectando a los miembros más vulnerables de la sociedad, el reclamo constante por mejoras en las partidas presupuestarias per cápita se justifica aún más, a pesar de la intransigencia oficial. Si bien los comedores/merenderos relevados no están necesariamente financiados por el Estado provincial, la conclusión por los datos micro económicos expuestos en esta nota, apuran de cualquier modo la mejora sustancial en la asignación de $16 (aproximadamente) por día para la alimentación de los menores, sumado a los retrasos en las transferencias, exponen la desidia del Estado y el Ministerio de Desarrollo Humano.