Casi como si fuera una fórmula matemática, muchos de ellos deducen que “si aumentaron los robos es porque también aumentó el consumo de estupefacientes”.
Quienes perpetran estos delitos, dicen, son personas de 18 años en adelante; muchos de ellos bien adentrados en la edad adulta, y una gran mayoría de los hechos son violentos.
A pesar de las denuncias, y de la presencia policial que atestiguan, señalan que esta Fuerza del orden no puede hacer lo necesario para terminar con esta situación. “Solo pueden estar detenidos un par de días, y luego salen”, manifestaron.
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Los vecinos hicieron denuncias al respecto; incluso dejaron las mismas en el buzón de Instituto de Seguros de Jujuy, pero nunca obtuvieron respuestas positivas. Algunos de ellos saben dónde se venden estupefacientes; también saben que la venta se centra en calles Facundo Quiroga y Varela, y que muchos de los que delinquen para comprar son adolescentes del barrio.
A pesar de la situación, se sienten seguros por la carpa policial instalada en la plaza del barrio, pero piden que haya la misma presencia policial durante la noche, ya que la mayoría de los delitos ocurren cuando los efectivos se van.
“Pedimos más seguridad, más policías, y no solamente a ellos, sino personal de Narcotráfico. Queremos que se acabe el narcomenudeo. Tiene que haber más recorridos policiales por la noche”, afirman.
“El robo viene de la mano de la venta de droga”, sostuvieron muchos residentes de esa zona de la ciudad que, al igual que vecinos de otros barrios de Capital, temen realizar denuncias por temor a represalias contra ellos mismos o sus hijos. Aunque saben que deben realizarlas porque hay muchas mujeres y adultos mayores que viven solos en barrio San Isidro, “y cuando se meten a las casas a robar, no se pueden defender”.