Vanina Ramírez es vecina del sector y señaló que a pesar de que recientemente hubo trabajos de pavimentación en la zona, los materiales usados “dejan mucho que desear”, por lo que los automovilistas tienen que lidiar con los baches que se forman.
En lo que los residentes llaman “el zanjón”, hay un descampado que, al llover, se convierte en un lodazal, “y el acceso se hace imposible”. Los jóvenes del barrio se organizan para desmalezarlo; llevan podadoras, los vecinos hacen colectas para comprar combustible, y el trabajo se realiza sin esperar a la Municipalidad, “que vino de vez en cuando, muy escasas veces para la velocidad con la que crecen los pastizales”, dijo Vanina.
Las casas también se inundan cuando hay lluvias fuertes, dijo la vecina, quien dijo que también tienen problemas con los recorridos y paradas de colectivos en la zona.