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La involución del salario jujeño frente a la inflación alcanza niveles críticos

Los gremios estatales insisten en la necesidad de reabrir las mesas de negociación paritaria urgentemente, los datos inflacionarios avalan el pedido. La inflación se quintuplicó en la última media década mientras la brecha entre canasta básica y salario mínimo de un empleado estatal asciende al 160% recién comenzado el 2023.

  • El salario de los trabajadores estatales jujeños no ha parado de depreciarse durante los últimos años.
  • La diferencia entre el costo de la canasta básica y el piso que percibe un empleado categoría 24 en la actualidad creció hasta llegar a 160%.

Mientras los funcionarios del Ministerio de Hacienda brindaban por la despedida del año viejo, satisfechos de haber cerrado (anticipada y unilateralmente) las negociaciones salariales con un bono navideño tripartito, el salario neto del empleado público jujeño volvió a ser licuado a tal punto que se ratificó el tan temido 100% de pérdida en el poder de compra acumulado, consecuencia de siete años consecutivos ajustando a la baja.

La inflación de 2022 dejó atrás al sueldo de los jujeños

Las medidas adoptadas para morigerar el descontento, no evitaron que durante el primer mes de 2023, más temprano de lo habitual, los referentes sindicales iniciaran airados reclamos para recomponer los sueldos. Inevitables comparaciones interprovinciales terminaron por exponer la mezquindad de Gerardo Morales y compañía ¿Cómo es posible que una provincia superavitaria no pueda equiparar las propuestas de otras menos afortunadas financieramente?

El pedido por una inmediata readecuación salarial tiene sobrados fundamentos, existe un desfase entre ingreso-egreso doméstico que no ha parado de agravarse. La evolución del Salario Mínimo Vital y Móvil cuyo crecimiento fue de $58.200 entre 2018 a 2022, quedó casi 40 puntos por debajo de la inflación acumulada para el mismo período (243% < 283%).

Jujuy se ha plegado a la pauta nacional como puede verse en las circulares del Ministerio de Hacienda local, pero lejos de usar el SMVM como una plataforma inicial de negociación, estuvo más bien cerca de ser un techo (ver gráfico comparativo). Junto con Tucumán han otorgado los incrementos para trabajadores dependientes de la administración pública más bajos para el período 2022, seguidos de Misiones, La Pampa, Chaco, CABA y Corrientes.

Si se trata exclusivamente del bono, que aún se debe pagar (culmina en marzo), Jujuy propuso el esquema más largo entre las 24 jurisdicciones, si bien Santiago del Estero también dispuso tres cuotas cuadruplicó el monto ofrecido. Los bonos navideños autorizados por la administración Morales siempre estuvieron por debajo de la demanda sindical.

En cuanto a la relación entre Canasta Básica Total (CBT) medida por Indec y pisos salariales de distintos sectores estatales, la diferencia se ha acrecentado exponencialmente. Quitando funcionarios de primera y segunda línea, solo unos pocos trabajadores de altísima jerarquía han podido sobrellevar la devaluación de forma más o menos decorosa.

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A fines de 2018 un empleado estatal categoría 24 percibía según escala salarial vigente $13.576 una brecha de casi 90 puntos porcentuales frente a la canasta básica por aquel entonces. Y aunque parte de la clase política quiera minimizar el impacto inflacionario como si se tratara de una construcción metafísica, pasados cinco años esa grieta de bolsillo creció hasta 160% teniendo en cuenta la CBT medida el pasado diciembre cuyo precio ronda $152.515.

No es noticia que nuestros trabajadores de la educación vienen apareciendo en los rankings de peores paritarias a nivel país desde hace varios años, codeándose con Corrientes y Catamarca. Pero tomando en cuenta únicamente la variación del piso salarial, el saldo negativo se ha mantenido por media década a la baja de manera ininterrumpida. En 2018 el piso salarial estaba 88 puntos por debajo de la Canasta Básica, este índice negativo no ha variado siquiera mínimamente hasta la actualidad a pesar de las intenciones y endeudamiento millonario que ha adoptado el gobierno provincial para refundar la educación.

Entre los profesionales que ejercen dentro del Estado, un sector que se ha sentido no solo mal remunerado, si no también menospreciado por el oficialismo jujeño, la situación es un poco más favorable aunque siempre tomando como objetos de comparación aquellos de categorías más altas, en este caso A-5 E cuyo piso salarial era de $19.199 hace cinco años, es decir una distancia de 32,78% con respecto a la CBT reduciéndose paulatinamente hasta el 28,4% actual.

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