Mientras los comercios experimentan una caída notable en sus ventas debido a la falta de movilidad de los consumidores, es en las escuelas donde el impacto es más profundo y duradero. Los niños, especialmente los más pequeños, están perdiendo días cruciales de clase, una pérdida que, según los expertos, resulta prácticamente irrecuperable.
El paro de transporte que condena el futuro de los chicos
El paro de transporte en la ciudad de San Salvador de Jujuy ha alcanzado su sexto día consecutivo, y los efectos sobre la economía y el sistema educativo son devastadores.
En una provincia donde más del 60% de la población vive en situación de pobreza y el 20% en la indigencia, el acceso a la educación es el único camino viable para que los niños puedan salir de ese ciclo de marginalidad.
Inés Dussel, especialista en educación, lo señala claramente: "La educación es el factor clave para que los niños que crecen en contextos desfavorecidos tengan una oportunidad de mejorar su calidad de vida".
Cada día de clases perdido representa una oportunidad menos para que estos chicos puedan aspirar a un futuro mejor. Para muchos, la escuela es el único espacio donde reciben no solo instrucción académica, sino también contención social y emocional.
La situación es aún más grave si consideramos que en los sectores más vulnerables, los días de clases perdidos son imposibles de recuperar.
Philippe Meirieu, pedagogo francés, destaca que "los días de clases perdidos son tiempo irrecuperable para la formación cognitiva de los niños". La rutina y la continuidad son esenciales en los primeros años de escolarización, cuando se consolidan las bases del conocimiento, como la lectura, la escritura y el razonamiento matemático. Sin esa estabilidad, los niños quedan rezagados y las brechas en su aprendizaje se amplían.
En este contexto, la falta de acciones concretas por parte de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy es alarmante. A pesar de que el municipio es el poder concedente del servicio de transporte público, ha optado por distanciarse del conflicto, alegando que se trata de un problema entre las empresas de transporte y los trabajadores. Sin embargo, el municipio también tiene una deuda significativa con las empresas por el pago de gratuidades, lo que agrava la situación y demuestra la falta de planificación para resolver el problema.
El transporte público no solo es vital para la economía local, sino que también es esencial para garantizar que los niños puedan asistir a la escuela. Al no intervenir de manera efectiva en el conflicto, el municipio está contribuyendo a una crisis educativa que afecta directamente a la población más vulnerable. La educación, la única herramienta que las sociedades modernas tienen para romper el ciclo de la pobreza y la exclusión. No actuar para restablecer el servicio de transporte público es, en esencia, desatender el derecho de los niños a una educación de calidad.
Mientras tanto, los efectos del paro en el comercio local son mayúsculos. Se estima que las ventas han caído en un 30%, y los pequeños comerciantes, que dependen del flujo constante de clientes, están viendo cómo sus ingresos se desploman día tras día. Pero más allá de la economía, el verdadero daño se está causando en el futuro de los niños que, sin transporte, no pueden acceder a la educación.
La indolencia de la Municipalidad, sumada a la falta de una intervención oportuna, ha dejado a miles de niños sin clases durante seis días.
Las familias, que ya enfrentan altos niveles de pobreza, no cuentan con los recursos para mitigar la pérdida de días escolares. Según la pedagoga María Teresa Sirvent, "la pérdida de días escolares no solo afecta el aprendizaje inmediato, sino que tiene un impacto acumulativo en el rendimiento académico a lo largo del ciclo escolar". En otras palabras, cuanto más vulnerable es el contexto, más difícil resulta recuperar esos aprendizajes perdidos.
La situación es insostenible. Los niños no pueden seguir siendo las víctimas silenciosas de un conflicto que debería haberse resuelto de manera rápida y eficaz. Cada día que pasa sin clases, los más pequeños están perdiendo no solo conocimiento, sino también la posibilidad de construir un futuro diferente.
La inacción de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy no solo perjudica el presente, sino que compromete el futuro de toda una generación de niños.
Urge una solución inmediata, tanto para restablecer el servicio de transporte público como para garantizar el derecho a la educación, especialmente para aquellos que más lo necesitan.
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