Los mandatarios están unidos en una suerte de cruzada anti porteña que tiene más ribetes de relato electoral antes que de alguna cuestión más o menos seria.
Los subsidios al transporte develan la "Jujuy Unitaria"
Los gobernadores provinciales, desde algún tiempo largo vienen reclamando que el Estado nacional reparta los subsidios al transporte de manera equitativa y termine con la concentración en el AMBA.
El propio Gerardo Morales en su campaña para ser vicepresidente de cualquiera, recorre el país en el avión sanitario de la provincia hablando siempre en contra de los porteños, y presentando a los habitantes del territorio nacional como una suerte de víctimas de un centralismo del cual él mismo es parte activa y partícipe necesario.
En realidad lo de Morales es la misma cantinela de siempre, su falta de solidez pretende compensarla con un relato demasiado lineal, al más puro estilo kirchnerista.
Inclusive en el tema de los subsidios vuelve a aparecer el Morales de las mil caras o de las mil autopercepciones.
Muchas veces quedó en evidencia que en los medios nacionales se autopercibe como demócrata y republicano, pero en Jujuy es el perfecto ejemplo de un fascista silvestre.
Otro ejemplo es la insistencia para un supuesto mayor federalismo en materia de subsidios al transporte, pero en realidad esto también es un relato, ya que un estudio de la Fundación Mediterránea reveló que la tendencia centralizante que los mandatarios critican en el ámbito nacional, se reproduce brutalmente en los repartos que cada gobierno provincial hace en su territorio, en algunos casos, de manera exagerada y con mayor desproporción que la que puede observarse en la relación del AMBA con las demás jurisdicciones.
Las provincias aplican para adentro la misma política que margina a las ciudades del interior.
Mientras las provincias reclaman un principio de equilibrio federal en la relación con la Nación, lo hacen de una forma ‘unitaria', puesto que una o dos ciudades, concentran la casi totalidad de las compensaciones, en detrimento del desarrollo de la movilidad en cada uno de los municipios", dice el informe de la Fundación Mediterranea.
El análisis de la Fundación Mediterránea puso al descubierto el marcado contrasentido que existe entre el "relato cargado de federalismo" que esgrimen los gobernadores del interior del país cuando critican el actual reparto de subsidios que beneficia a las empresas del AMBA y la realidad que se observa a la hora de cotejar lo que pasa con los subsidios transferidos a las provincias que son distribuidos de manera unitaria entre las ciudades más grandes de cada jurisdicción.
La provincia de Salta encabeza el ranking de provincias que centralizan los subsidios: el 80,91% de los recursos se dirigen solamente a la ciudad capital.
En la provincia de Corrientes, la ciudad capital consume el 76,24% de los fondos del transporte.
La provincia de Córdoba, en su caso, destina el 45,61% de los fondos nacionales a Córdoba Capital, aunque luego, realiza un reparto amplio del saldo restante entre la mayor cantidad de municipios.
En el caso de Jujuy, su capital, San Salvador de Jujuy representa el 58,12% de los aportes nacionales y en La Rioja, la ciudad capital, recibe el 72,61% de los aportes nacionales.
Del análisis realizado por la Fundación Metropolitana se desprende además que las denominadas "líneas provinciales" también tienen como origen y destino esos mismos núcleos poblacionales, aumentando la concentración del reparto interno que se realiza.
Si nos quedamos estrictamente en Jujuy, la Fundación Mediterránea detecto que a Ciudad Perico solo llega el 0.17 de los subsidios nacionales que llegan a la provincia.
Monterrico un 0.43, Palpalá un 3.16, mientras que aparece un rubro provinciales con el 38.71.
Provinciales en realidad es una entelequia que no dice nada y posibilita que el gobierno pueda disponer de esos recursos por ejemplo para los denominados viajes especiales, un nombre de fantasía que encubre entre otras cosas movilidad para campañas políticas.
El centralismo jujeño es abrumador, el absolutismo de Gerardo Morales lleva a que se comentan estas barbaridades cuya única conclusión es que en Jujuy existen ciudadanos de primera y de segunda, ante el atronador silencio de los intendentes que saben que opinar o abrir la boca en algún reclamo puede ser lapidario para su gestión.