- Consiguió trabajo después de varios días, pero la medida de fuerza de UTA retrasó su llegada.
- Estuvo más de hora y media esperando las dos unidades que lo llevarían a su destino.
Llegó tarde a su primer día de trabajo por la reducción de colectivos
Sergio Flores, un adulto mayor con domicilio en San Pedrito, obtuvo un trabajo en una obra tras varios días buscando con intensidad, pero debido a la reducción en la frecuencia de las unidades de transporte urbano, llegó sumamente tarde el primer día de actividad.
La historia de Sergio puede ser tranquilamente la de cientos de jujeños, quienes se levantaron con la ilusión de llevar “un mango a casa”, pero desinformados sobre las medidas de fuerza a ejecutar por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) disponiendo un solo vehículo por línea, se vieron sumamente perjudicados, rezando que la demora no les cueste la oportunidad laboral que tanto les costó conseguir.
Despierto desde la madrugada, alistado para ir a la obra donde fue requerido, caminó desde su casa en barrio San Pedrito (San Salvador de Jujuy) hasta la parada de colectivos, solo para darse con una demora superior a lo normal. Pasada media hora pudo abordar a la unidad, para luego descender en otra parte de la ciudad donde debería hacer un trasbordo hacia su destino final. Allí lo encontró el móvil de Radio 2, solamente acompañado de sus ganas de trabajar, pero preocupado porque habían pasado otros 40 minutos sin que el segundo colectivo a tomar aparezca.
Sergio Flores llevaba unos cuantos días sin conseguir changas o trabajo formal, viviendo de la pensión que percibe dada su situación médica, desde ya insuficiente para sostener un hogar de familia numerosa. Sin teléfono o celular para contactarse con el albañil que lo contrató, quedó sumido en la preocupación de saber si el primer día del nuevo trabajo sería el último, apelando a la comprensión de su empleador ante una causa de fuerza mayor.
El hace de todo, cava pozos, desmaleza terrenos, trabaja como ayudante de albañil, limitado a las posibilidades físicas de una operación que todavía le pasa factura. Quien desee ayudarlo podrá contactarlo en su casa de la calle Sergio Alvarado entre Vespucio y Pablo Arroyo.