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¿Puede el gobierno mover recursos públicos a mercados financieros de forma arbitraria?

El gobierno de Jujuy insiste en vender el superávit fiscal que, por falta de derrame de esas utilidades a los sectores más vulnerables de la sociedad, se ha transformado en algo abstracto. Repasemos algunos números: entre enero y junio el superávit de Jujuy fue de 126000 millones de pesos. Además la provincia comenzó a tener superávit desde el 2020 y acumula 480000 millones de pesos.

En general, los gobiernos provinciales no pueden “inyectar” dinero de las arcas públicas como si fuera una inversión privada en el mercado financiero con beneficios garantizados. Eso suena a operación de alto riesgo y, en la práctica, podría estar fuera de normas de contabilidad y presupuesto, y podría toparse con restricciones legales, de transparencia y rendición de cuentas.

Si hubiera inversiones directas en instrumentos financieros privados con rentabilidad fija y altas, podrían entrar en terreno de irregularidades si no están estrictamente autorizadas por ley, presupuestadas, auditables y con control de la oposición y de organismos de control.

Para determinar si estas operaciones son legales o no, hay que revisar el marco legal provincial, autorizaciones presupuestarias, reglas de deuda y gasto, informes de auditoría, y si hay rendición de cuentas públicas.

Cuando hablamos de posible malversación de fondos públicos para fines distintos a los previstos por la ley o en beneficio privado se incursiona en la figura de dolo o daño al patrimonio publico

En cuanto a incumplimiento de deberes: si un funcionario administra mal las funciones (falta de control, ignora las normativas, no rinde cuentas) puede haber responsabilidad administrativa y/o penal, dependiendo de la gravedad y de la evidencia.

En cualquier caso, para establecer esto, hace falta revisar normas específicas (leyes de presupuesto, leyes de deuda, normas de transparencia y control local, reglamentos del tribunal de cuentas o auditoría provincial).

De modo que de acuerdo al enorme volumen acumulado por el gobierno en materia de superávit y utilidades generadas en los mercados financieros es imperioso plantearse el siguiente cuestionario para establecer la legalidad o no de dichas operaciones:

¿Existe una ley o norma que autorice inversiones de tesorería provincial y defina instrumentos permitidos? ¿Está incluido en el presupuesto anual o en una norma de endeudamiento? ¿se publican informes de resultados, intereses ganados, costos y riesgos? ¿Hay auditoría?

¿Qué organismo controla estas operaciones? ¿Auditoría interna/externa, tribunal de cuentas, fiscalía de estado?

¿Las sesiones y actas muestran debate, preguntas y aprobación? ¿Se rindió cuentas a la ciudadanía?

Si no se publican informes de cuánto se ganó o perdió, qué costos hubo y qué riesgos se corrieron, la ciudadanía no sabe qué está pasando y no hay rendición de cuentas debe haber alguien que controle esto: auditoría interna, tribunal de cuentas o fiscalía.

En las sesiones del parlamento debe haber debate y aprobación y la ciudadanía debe recibir cuentas; si falta esa información, aumenta la sospecha de posibles irregularidades.

Cuando los recursos están disponibles pero no derraman a las zonas de la sociedad con mayores necesidades, la ética nos dice que el dinero público, debe ir a donde más se necesita a proteger derechos básicos como salud, educación, vivienda y seguridad y a asegurar que cada peso se use para beneficiar a la gente común no para favores o beneficios privados.

En cuanto a la cuestión moral, que es la manera en que sentimos que está bien o mal, nos empuja a exigir justicia social a pedir que los gobernantes no se queden con el dinero en forma opaca ni lo desvíen hacia intereses particulares y recordarles que quienes gobiernan actúan en nombre de todos y cada ciudadano.

Cuando los recursos se quedan fuera de las zonas con mayores necesidades se pierde confianza la gente siente que el sistema falla y la legitimidad se debilita porque no hay transparencia ni responsabilidad y eso crea un clima de desánimo que es lo que estamos viendo cotidianamente en las calles de Jujuy.

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