Para el integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Juan Ángelo, aún cuando sus tareas lo llevan a sumergirse en las realidades mas extremas de los barrios populares, la actitud de los dirigentes políticos no deja de ser decepcionante y dolorosa.
Referente de organizaciones sociales afirma que "la clase política vive en una burbuja"
Juan Ángelo visitó Sobremesa (Canal 2) luego de la divulgación del informe semestral del Indec sobre pobreza y desocupación, cuyas cifras para Jujuy no han detenido su alza desde hace casi una década. Lanzó duras críticas al gobierno local por su falta de respuestas ante las necesidades de barrios vulnerables.
“Desde recursos naturales regalados como el litio, hasta la expropiación de tierras para su cambio de matriz productiva”, la sensación de comparecer a diario frente a una administración pública autocomplaciente, desinteresada por el bienestar de las clase media y baja, le permite concluir que el sometimiento de las economías regionales es solo cuestión de tiempo.
“Me aflige que contaminen las tierras y corran a las comunidades para favorecer empresas. Lamento que sean nuestros hermanos originarios quienes pagan el costo. Lamento la violencia económica y de tipo institucional ejercida contra ellos”, reflexionó en Sobremesa (Canal 2) al ser consultado sobre el impacto de la nueva Constitución, calificada como “intolerable”, por el entrevistado, entendiendo que no guarda beneficios para las clases populares.
En su rol de coordinador de la Secretaria de Integración Sociourbana de Nación, ha podido ver la desigualdad del afán político por sancionar la nueva Ley a toda costa, sin reservar energías para mejorar la calidad de vida de los barrios populares, usando como ejemplo el barrio Alto Comedero (Dpto. Manuel Belgrano).
“Aunque inició como un barrio, debemos hablar de ciudad, cuyo crecimiento poblacional fue enorme en las últimas décadas. Aún así tiene una demanda enorme de servicios básicos”, relató sobre el sector donde pasó su infancia y que habría sido urbanizado a “los ponchazos”. El sitio oficial del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) señala 141 barrios, es decir más de 85.000 personas habitando lugares de similares características, a la espera de correcta urbnaización.
Con el fin de equilibrar la balanza de la desigualdad, las organizaciones sociales y vecinales trabajan en conjunto “para gestionar de manera autónoma los servicios”, siendo que el Estado, como ocurre en el resto de la provincia, recién aparece para obtener el crédito cuando las mejoras fueron iniciadas por la voluntad y solidaridad de los residentes.