Advirtiendo que los surtidores volvían a abarrotarse de clientes desesperados, el presidente de la petrolera estatal, Pablo González debió aclarar que no habrá faltantes de producto. Tampoco está programado un aumento sobre el precio en surtidor, independientemente de los resultados electorales. Como dato adicional, el CEO de YPF viajará a Nueva York para evitar una modificación en la demanda que lleva adelante el fondo Burford Capital contra el Estado argentino por la estatización de 2012.
La contra noticia calma moderadamente los nervios entre usuarios y consumidores: es bien sabida la injerencia de las naftas, especialmente el gasoil, en la cadena de formación de precios minoristas. Diciembre se ha caracterizado por ser el mes con mayor inflación intermensual según los registros de Indec, la extensión del proceso de desaceleración del Índice de Precios al Consumidor informado durante el último octubre, independientemente del factor balotaje, dependerá en gran medida de las decisiones adoptadas por las petroleras.
Para los expendedores no deja de ser una pésima noticia, necesitados de una recomposición tarifaria ante la pérdida de rentabilidad, que ha significado en Jujuy, el cierre de al menos cuatro estaciones de servicio blancas durante la crisis de abastecimiento que asoló la provincia un mes atrás.
El precio del combustible argentino, aunque resulte difícil de interpretar es económico, hecho constatable en las localidades de frontera, donde es habitual ver patentes extranjeras cruzando los límites para abastecerse. La pérdida de poder adquisitivo, ecuación resultante entre salarios deprimidos frente a inflación, tan padecida entre los trabajadores estatales jujeños por ejemplo, terminan volviendo las naftas un producto de lujo para los bolsillos locales.
Precios justos al combustible, programa impulsado desde la Secretaría de Energía administrada por Flavia Royón, estableció una pauta de aumentos de 4% mensual durante gran parte del año. A la postre no implicó un beneficio para ninguna de las partes, las estrategias de control de precio o congelamiento de algunos componentes del precio final en surtidor, impactaron directamente en la recaudación de los vendedores, tampoco alivianó la carga de automovilistas, motociclistas, camioneros, empresas de transporte, empresarios rurales, entre otros.
El último relevamiento de JujuyalMomento sobre la evolución de precios de todas las líneas de combustible comercializadas por YPF muestra una evolución interanual superior al 101,51% en súper; 109,93% en la línea premium; 96,72% para el gasoil; 88,87% infinia diesel. Tampoco el metro cúbico de gas ha podido sostener su precio más de dos meses consecutivos, acumulando una variación de 106,11% desde noviembre 2022 a la fecha, que se traduce en casi $100 el m3.
El período de mayor variación para todos los combustibles derivados de petróleo se registra en septiembre, mes posterior a las primarias, donde el oficialismo tuvo una performance electoral mediocre, generando una sacudida en los mercados y subsecuente devaluación de la moneda nacional en 22 puntos.
Como es trágicamente tradicional para las provincias alejadas del centro nacional, el precio diferencial por el mismo producto acrecentó su brecha a niveles inéditos. Mientras en enero del corriente año, el litro de nafta súper se vendía a $156,80 en Capital Federal y a $173,20 en nuestra jurisdicción, a la fecha se registra una diferencia de casi $50.