“No podemos hablar, opinar, decir lo que vemos mal porque en seguida te meten preso. Pierde su libertad quien va a quejarse; yo ya estuve preso por orden del gobernador Morales. Hacen persecuciones, no podés opinar, no podés decir nada en contra del gobierno actual”.
El personal de salud, de acuerdo a Gustavo, no se puede enfermar, depende de los horarios del hospital donde trabaje, vive en el mismo, tiene su salario congelado hace 10 años, y tiene que enfrentar aumentos de combustible, medicamentos y alimentos.
“Un enfermero gana 20.000 pesos en mano”, sostuvo.
Además, denunció que en un hospital de la Quebrada (que no identificó), se quitó la vianda al personal de enfermería; no pueden almorzar, desayunar ni cenar, y quienes lo hacen traen la comida de sus casas.
Gustavo explicó que reciben ayuda de sindicatos pero que todos los arreglos y acuerdos caen en saco roto; “dicen que no hay insumos para ambulancias, se perdió el 80% de la medicación del plan nacional Remediar, y la medicación oncológica, en ese mismo programa, no existe”.
Cuando solicitan, por ejemplo, 50 paquetes de gasa, les entregan 25 “porque el Ministerio no manda y no hay presupuesto”. La gente de la región donde trabaja sostiene que hay que apoyar al gobernador porque “hace cosas, aunque solo hace para él y su bolsillo”, y la titular de ATSA recientemente reelecta “es una muñeca de quien esté en el gobierno; volvió a ganar pero con aprietes y amenazas”, dijo el enfermero.
Asimismo, dijo que habría conversaciones a nivel federal para realizar medidas de fuerza en contra del gobierno nacional y provincial, y llegarían hasta las últimas instancias:
“Son malas para nosotros; las últimas instancias son pérdida de trabajo, de la libertad, incluso hasta muerte. Hay amenazas de muerte. Yo fui uno (de los amenazados). No puedo contar de dónde vino la amenaza, lo digo y sabrán quién soy”.
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