Una sana administración necesita de la oposición para corregir rumbos y darle continuidad, consolidarlo cuando el objetivo es el bien común de la gente. Sin embargo, los partidos políticos atraviesan una notable decadencia y están severamente cuestionados por la opinión pública.
Sin oposición no hay democracia
La tragedia es que la oposición, a medida que tiene menos esperanzas de gobernar, aumenta su irresponsabilidad de cumplir su rol natural.
Hay un desencuentro entre la ciudadanía, los electores y las organizaciones políticas que ya no toman la soberanía popular, sino la soberanía partidista; es decir no hay gente dentro de los partidos políticos, sino dirigentes, empresarios, socios del poder como pasa hoy con el Pj de Jujuy, de esta manera no se puede afirmar bajo ningún concepto de que existe oposición en Jujuy.
Dentro del sistema democrático los sectores opositores tienen como objetivo poner límites a las autoridades de turno, mantener el equilibrio entre las intenciones de la autoridad, y el apego a las normas.
Porque decimos que no hay oposición: porque no pone límites frente a la discrecionalidad de un Gobierno que ignora la Ley.
La crisis de legitimidad que atraviesa la oposición no les permite ser un contrapeso fuerte, entonces vemos el atropello cotidiano del Gobierno de Morales frente a todo lo que se le pone en frente.
La oposición tiene tres funciones dentro del sistema: colaborar, controlar y contestar.
No sabemos si colaboran y en que…pero en cuanto al control y a la contestación van a gas, como me dice siempre un amigo.
La discusión con el adversario que es el Gobierno no se da, porque los mecanismos para ello están dinamitados por la propia gestión de modo que es imposible resolver los problemas de la Provincia en democracia.
El jurista argentino Ricardo Haro sostiene que el pluralismo, y la convivencia son presupuestos inexcusables de la democracia, a propósito sería interesante saber que piensa Morales sobre esto.
Aunque estos muchachos no estén en el poder, la oposición necesita hacerse escuchar, criticar, denunciar, investigar e instruir a la opinión pública, y simultáneamente ejercer su derecho a convertirse en mayoría.
Quiere que le digamos una cosa…la sensación es que no existe esta vocación en la oposición…
Tenemos una oposición muda, ausente que ha liberado la zona para que las decisiones que se impongan sean las de Gerardo Morales…es triste, pero es la realidad.
La tragedia es que la oposición a medida que tiene menos esperanzas de Gobernar aumenta su irresponsabilidad de cumplir su rol natural.
Esto se corrige sólo cuando la oposición entienda también de que debe criticarse a sí misma, para reaccionar sobre el paupérrimo papel que están desempeñando en pleno año electoral.
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