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El camino a la violencia

En Jujuy, la violencia en los barrios humildes ha crecido de forma geométrica, y es crucial entender las causas de este fenómeno.

Podemos citar al menos dos factores en este sentido: la exclusión social y la pobreza, caldos de cultivo para la delincuencia.

Otro factor es la falta de oportunidades laborales este modelo político que llegó al poder en 2015. Se ha caracterizado por su incapacidad para crear escenarios para que las empresas generen empleo. Solo hay empleo en el Estado para militantes y familiares.

Todo esto se da, claro está, en un contexto de precariedad económica que induce a muchos jóvenes a buscar formas alternativas de sobrevivencia que incluyen actividades ilícitas con componentes violentos dramáticos.

Frente a este cuadro, la ausencia del Estado es muy notoria. La falta de inversión en infraestructura es grave, más la ineficiencia en la aplicación y el seguimiento de planes social complican aún más la situación.

Las fuerzas de seguridad aparecen sobre los hechos consumados, en el mejor de los casos, lo que crea en la población una sensación de abandono y desconfianza institucional notable…

Y, en este sentido, el narcotráfico ha encontrado una suerte de zona liberada agravando aún más la situación. Esta situación promueve la violencia y naturaliza la desesperanza…

Es imperioso creo yo, que se tomen medidas integrales que aborden la seguridad pero además la inclusión social y el desarrollo económico en estos sectores porque de lo contrario, la violencia se ira espiralizando aún más afectando la vida de miles de jujeños.

La cultura de la violencia se ve perpetuada por la naturalización de situaciones de conflicto impulsadas desde entornos familiares complejos como desde algunos medios de comunicación cuyo resultado es que el impacto deriva en que los jóvenes terminan considerando que recurrir a la pelea es una solución aceptable para sus problemas.

También se me ocurre pensar en una suerte de disputa por los territorios. Es decir, se enfrentan por el control de los espacios, ya sea para el tráfico y consumo de drogas o por una suerte de postura de poder frente al territorio.

No hay programas de prevención y esto explica los enfrentamientos y el incremento de la violencia.

Mientras tanto, la política quiere hacerle creer a la gente que adelantando una elección viene la solución todos los problemas. Una verdadera hipocresía.

La falta de recursos o el desvío de los mismos hacia los intereses de la política mas la falta de planificación estratégica sobre estos temas, es la combinación perfecta para profundizar la enfermedad social instalada en la provincia y en el país…

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