Sabemos de las penurias que pasan los docentes pero mientras la política no considere a la educación como prioridad y tome la decisión política en esa dirección, cosa que hoy me parece impensable porque entiendo que la clase dirigente no está intelectualmente preparada para hacer semejante ejercicio de comprensión e interpretación de lo que pasa en el mundo, no vamos a arribar a ningún lado.
Educación: rozando la mediocridad
La marcha de las antorchas de anoche por las calles del microcentro supone algo más que la lucha por el eterno salario de los docentes.
Llegan a la política con la creencia de que hay que administrar la mediocridad, confunden cambio con transformación.
Los países que prosperan en el mundo tomaron la decisión de colocar a la educación en el centro de las prioridades permanentes. Entendieron que la educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de las personas y de las sociedades.
La educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos define como seres humanos.
La educación es necesaria para alcanzar el bienestar social y el crecimiento económico. Además se nivelan las desigualdades económicas y sociales y así la gente aspira a mejores niveles de empleo. Con el paso de los años usted, bajo el actual régimen ¿ha podido comprobar alguna transformación que tenga que ver con elevar el nivel de condiciones culturales de la población en donde vive?
La educación es esencial para vigorizar los valores cívicos que fortalecen las relaciones de las sociedades para mejorar la calidad de la democracia y el estado de derecho.
Se ha tocado fondo, el gobierno que cree que la educación es una carga no una inversión. Algunos gremios todavía no se purgan y siguen con prácticas oscuras en donde para una elección como es el caso de ADEP pretenden hacer votar a los muertos (de lo peor). Piense usted que esos docentes que manejan la junta electoral son los mismos que se paran en un aula para “educar a sus hijos“, la pregunta es ¿con que valores? todo está mal, pero sin embargo persisten con lo mismo y así se pasa la vida y las generaciones.
Los cambios frecuentes en las políticas públicas ocasionan un mayor estrés en los docentes y los empuja al abandono por la falta de reformas.
Salarios competitivos, son clave para atraer a los mejores candidatos a la profesión y fomentar su motivación y retención una vez que estén ocupando un puesto.
Sin embargo, los salarios deben ser un aspecto más de las políticas globales relativas a los docentes que creo también deben centrarse en la profesionalización.
Hay que dialogar en serio en todos los niveles de forma ambiciosa no desde una visión “pobrista” de la vida sino inspiradora como viven las personas en esta nueva era social….