- Análisis de la situación vial en San Salvador de Jujuy, cada vez más parecido a un campo de batalla.
- Los pozos sobre las calles y avenidas se multiplican frente a una clase política que eligió financiar las reparaciones sobrecargando a los contribuyentes.
Las calles de San Salvador se han convertido en un "escenario post guerra"
Con pozos que llegan a superar el metro de profundidad, los caminos, calles, avenidas y accesos a la capital jujeña lucen devastados. El reclamo vecinal no encuentra consuelo mientras la clase política pretende mejorar las condiciones viales recargando de nuevas tasas municipales a los contribuyentes.
No es un set de película apocalíptica pero tranquilamente las calles de los barrios: Chijra, Gorriti, Alto Comedero, Belgrano, San Martín, Campo Verde y largo etcétera, podrían ser utilizadas como set por algún director que desee rodar su próximo filme.
Lluvias intensas no son necesarias para que se vuelvan terreno de difícil tránsito, el deterioro acumulado por años ha creado pozos los suficientemente profundos para que las micro lagunas se creen con pocos milímetros de agua acumulada. Un ejemplo que ha generado respuestas de indignación entre los usuarios de JujuyalMomento se encuentra cerca de las zonas céntricas: Alto Gorriti y sus cráteres de más de un metro de profundidad.
Paisajes escarpados como ese, ubicado a pocas cuadras del edificio municipal, recuerdan los pozos causados por misiles rusos cayendo sobre las calles de Kyiv, Kherson, Krivoy Rog, Járkiv, con la diferencia que son bien nuestros, no necesitaron fuerza bélica, simplemente desatención permanente de la dirigencia política.
Otra postal que recuerda una catástrofe internacional puede encontrarse en muchos de los barrios de Alto Comedero. Porque si bien el gobierno municipal celebró la concreción de la obra mixta de la calle Vicente Cicarelli (barrio ADEP) la gran mayoría de sectores no conoce más que tierra y polvo desde hace décadas.
Una semana atrás, el concejal del Frente de Izquierda, Guillermo Alemán, publicó un análisis de situación luego de las precipitaciones donde dio cuenta con imágenes del impacto pluvial en numerosas áreas, que muchas veces por falta de cordón cuneta se convierten en anegamientos domiciliarios.
“En lugares como la primera Etapa del Barrio Túpac Amaru en Alto Comedero, sufrirían las familias que viven al costado del arroyo de la calle Almona, mientras que el acceso al resto de las etapas del barrio, quedaría momentáneamente cerrado a consecuencia del barro y los escombros arrastrados por la corriente del agua que se formó por la lluvia”.
“Por otro lado en la avenida Carahuasi, importante arteria de Alto Comedero que conecta el sector B6, B5, B4 y “El Milagro”, nuevamente fue escenario de un desbordamiento total”.
“La peor parte la tuvieron los vecinos del barrio “El Milagro”, ya que toda el agua terminó de confluir en su calle, y numerosas familias, terminaron con sus casas inundadas, perdiendo sus pertenencias en el temporal”.
Las lluvias de verano dejaron calles y casas inundadas en 12° etapa del barrio Tupac Amaru, al punto de quedar aislados, comparable con los vestigios que dejó La Dana por múltiples ciudades españolas, sobre todo los desastres causados en Valencia, salvando los decesos sufridos por la población del país ibérico.
No es que la intendencia o el Concejo Deliberante ignoren la situación vial de San Salvador de Jujuy, resulta imposible desconocerlo siendo que la avenida Bolivia que lleva hasta el edificio legislativo se encuentra repleta de pozos, al igual que el resto del barrio Los Huaicos. La respuesta de la clase política vino en forma de ordenanza declarando la emergencia vial en el territorio, pero que a la postre terminó por implicar un tarifazo que recayó en el contribuyente.
La tasa vial abrazada por una treintena de municipios argentinos y tan repudiada por el gobierno nacional, grava la carga de combustibles con 1,8% sobre litro de nafta o metro cúbico de gas con el objetivo de crear una caja de financiación para obras de reparación y pavimentación. No obstante ya existían distintos mecanismos tributarios para ello, tanto municipales como provinciales, como el pago de impuesto automotor o la tasa por seguridad vial y señalética, a la luz de las pruebas tampoco fue la solución.
Hasta el momento la recaudación mensual, $120.000.000 mensuales en promedio, no tiene una gran incidencia en la mejora de las calles al menos en el corto plazo, contando a la fecha intervenciones en José de la Iglesia, Mosconi, Patricias Argentinas, Libertad y Dorrego, realizadas desde que se implementó la tasa en junio de 2024.
Los propios funcionarios reconocen que a pesar de generar más presión fiscal sobre los conductores y expendedores de combustible, simplemente no es suficiente para mejorar la infraestructura dañada, de allí el endeudamiento de casi $2.000 millones con la provincia como acreedora para reforzar las tareas.
Desde JujuyalMomento desafiamos a los lectores a reconstruir las calles mal maltratadas de la capital con una serie de puzzles.