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El show del aguinaldo y el misterio de las finanzas en Jujuy

En cuatro días, el gobernador pasó de poner en duda el pago del próximo mes a confirmarlo en las emisiones del COE, sin mayores explicaciones.

  • Gerardo Morales puso en dudas el aguinaldo y luego lo confirmó.
  • Sin mayores datos aseguró “hicimos magia y creamos un flujo”.
  • Al igual que la administración Fellner, omite leyes clave para el control.

“No tenemos los recursos todavía para el aguinaldo”, dijo el domingo 7 de junio el gobernador Gerardo Morales, durante la conmemoración en Casa de Gobierno por el día del periodista.

“Hemos armado un flujo”, anunció el mandatario provincial cuatro días después, el 11 de junio, durante su programa de redes sociales de cada noche. “Hicimos magia”, agregó.

El manejo de la información relacionada con las finanzas en Jujuy está marcado por el secretismo la mayoría del tiempo y por la falta de seriedad en ocasiones, como la que desnudó la “novela” del aguinaldo.

Si se toman en cuenta los datos expuestos por el ministro de hacienda Carlos Sadir en el informe N° 41 del Comité Operativo de Emergencia (COE), la cifra necesaria para pagar el aguinaldo más los sueldos puede calcularse por arriba de los cinco mil millones de pesos.

Ese volumen de dinero no se genera con “magia” como sostuvo el gobernador.

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La mayoría de los recursos provienen de la coparticipación federal, que representan alrededor del 80% de los fondos disponibles en el año. De allí salen las erogaciones necesarias para pagar los sueldos y gastos corrientes.

Con la caída de la recaudación en el país, ese flujo disminuyó, aunque fue compensado por el gobierno nacional con envíos nunca explicados acabadamente, pero que alcanzan los 2 mil millones de pesos.

Para la administración de los recursos, el gobierno debe regirse por una estructura conformada por leyes y sistemas administrativos y contables.

La ley 4.958 de administración financiera es la que sirve de base para el funcionamiento de tal estructura.

En su artículo 103, la norma le exige al gobierno que designe un auditor externo con la obligación de explicar en forma periódica a la opinión pública el estado de las finanzas de la provincia.

El incumplimiento de ese, entre otros artículos de esta ley fundamental, es una característica que tienen en común el actual gobernador Gerardo Morales y su antecesor Eduardo Fellner.

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La ley de ética pública, en tanto, indica en su artículo 3, inciso 5, que los funcionarios deben “documentar todos los actos de su gestión y promover la publicidad de los mismos garantizando su transparencia”.

En lugar de información documentada sobre el estado real de las finanzas y el “flujo” creado para pagar el aguinaldo, el gobernador eligió arengar al ministro Sadir para que anuncie “una buena noticia”.

El episodio buscó llevar “alegría” a la masa de trabajadores estatales, pero se convirtió también en un acto indisimulable de subestimación.

“Es el papá que primero les dice que no a los hijos para después aflojar, como si les estuviera dando un premio”, opinó un integrante del Frente Amplio Gremial.

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¿Plata guardada?

En octubre de 2019, días antes de las elecciones generales que consagraron a Alberto Fernández como presidente, el gobernador Morales hizo una confesión que muchos interpretaron como un sincericidio.

Durante una entrevista con el programa “Sin Límites” de Canal 4 de Jujuy, aseguró que había recibido fondos para la realización de obras en el Cabildo Histórico y la construcción del museo de Lola Mora - un proyecto que requería 15 millones de dólares – pero reveló que los tenía guardados “por las eventualidades de las situaciones políticas”.

El gobernador estaba haciendo referencia al inminente cambio de escenario político por la salida del gobierno de Mauricio Macri, que se terminó confirmando días después.

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Finalmente, el gobierno inauguró una modesta refacción en el Cabildo y la licitación que Morales había comprometido para enero de 2020 quedó pendiente.

Un abogado consultado por este medio – que pidió reserva - aseguró que semejante maniobra podría constituir “malversación de fondos”, ya que los dineros asignados con un destino específico no pueden usarse para otro fin.

De la misma forma liviana, el gobernador y sus funcionarios declararon en distintas oportunidades haber recibido fondos por proyectos como el parque solar, GIRSU y cámaras de seguridad, solo por citar los más renombrados.

Nunca se expuso el detalle de esos “flujos”, como lo exige la ley de administración financiera.

¿Serán esos fondos el origen de la “magia” a la que alude el gobernador? Las suspicacias están a la orden del día.

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