Al respecto, la psicopedagoga local, Alejandra Julián, destacó la importancia de los equipos interdisciplinarios o de apoyo en las escuelas, señalando que “tiene que existir el acompañamiento a los chicos en el sistema educativo para la culminación de sus distintas trayectorias a través de un equipo interdisciplinario, compuesto no solo por psico pedagogos sino por otros profesionales que acompañan esa trayectoria, como fonoaudiólogos. psicomotricistas, maestros de educación especial y psicólogos. Lo que trajo la pandemia es que nosotros nos manejemos con protocolos. Si bien antes estaba la palabra asignada a instituciones escolares porque había una forma de abordaje de las situaciones complejas. Después de la pandemia se efectivizan estos protocolos, y cuando hay situaciones complejas en las instituciones educativas o familias, o cualquier otra institución de índole educativa, se aplican protocolos”,
“En el caso del ministerio y las instituciones escolares, para detectar estas situaciones, o abordaje de las mismas, está diagramada la Dirección de Acompañamiento Integral Educativo (DAI), la que canaliza todas las problemáticas en cuanto a aprendizaje de lo que sucede en las instituciones educativas”.
Con la denuncia de un abuso, Julián dijo que “muchas veces no hay gabinetes psicopedagógicos en las escuelas. Lo que hay es una DAI, que se encarga de problemas específicos del aprendizaje. Cuando hay que accionar por otro tipo de situaciones, en este caso abusos, hay que dar lugar a la Oficina de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, porque son quienes tienen que garantizar este derecho, determinar si fue vulnerado o no. cuando se presume que hay vulneración de derechos se da conocimiento a la OPD. La DAI está para acompañamiento educativo, pero todas trabajan en redes”.
En el caso de violencia entre menores, “tiene que acompañar la DAI, es la que acompaña a través de profesionales, y lo cierto es que, interviene la DAI, cita a la familia, a las partes comprometidas, e establece un planeamiento de abordaje para que pueda tener una consecución. Pero también es cierto que la DAI es finita porque no hay tantos profesionales para poder hacer un abordaje de todas las situaciones complejas que ocurren en las instituciones educativas”.
“El recurso humano está, lo que falta son las políticas para poder aplicar este tipo (de trabajo) o mantenerlo dentro de las instituciones. No hay políticas de implementación, porque muchas veces se abren las políticas de participación y de que estarán presentes en las escuelas, pero solo están pensadas. A la hora de determinar qué profesional se hará cargo, eso no existe en la institución educativa, no hay profesionales ni cargos”.
“La DAI está desbordada, tiene que ir al interior, y tienen que hacer otro tipo de acompañamiento, no da abasto. Y tenemos que empezar a sacar las múltiples aristas que tienen todas las problemáticas, con cinco psicólogos no daremos solución a muchas cosas. En la DAI, de hecho, son más psicólogos, pero de todas maneras nos dividimos por regiones. Las situaciones problemáticas son muy complejas, están muy desbordados. Las problemáticas más comunes son que las familias no pueden dar solución a las diferentes problemáticas educativas, específicamente en el plano de vulneración de derechos también están desbordados pero las profesionales trabajan a contrareloj, son situaciones más que complejas. En la OPD trabajan contrareloj, y en la DAI también lo hacen pero está más desmembrada. Desde hace cinco años, por año quitan dos o tres profesionales y se va volviendo invisible ante las diferentes problemáticas”.
Asimismo, la profesional marcó que “tenemos que pensar que la población crece y cada vez hay más chicos escolarizados. Tenemos que reforzar al profesional. Muchos docentes o directores hoy están solos porque tienen que captar la problemática de la familia. Se le pide a la familia año a año que vaya a distintos profesionales, hasta que encuentran a profesionales que trabajan en instituciones públicas desbordadas, y acuden a instituciones privadas u obras sociales que no se hacen responsables. Se hace un caldo de cultivo que genera mucha resistencia en la familia para decir que harán un tratamiento. Cuando pasa esto se vuelve problemático para las familias”.
“Hoy las docentes hacen un diagnóstico cada vez que comienza el año y cada vez que termina, están abocados a hacer un diagnóstico, y saben que las familias deben ir. Pero hay que acompañar a esas familias, tal vez por un psicólogo. Las problemáticas que se dan en el seno familiar o contexto barrial impactan en la escuela. El tema del bullying es tratado por la DAI porque tiene psicólogos para hacer abordaje con los chicos y las familias. Los problemas de otra complejidad no los escuchamos tanto porque también es cierto que cuidamos a los niños. Lo importante es que cuando ocurren estas situaciones de vulneración de derechos se los cuide. De qué forma, activando estos protocolos, las diferentes formas de poder canalizar esas problemáticas, tratarlas y solucionarlas, para que no se vuelvan un problema social”.