- En barrio Punta Diamante, quienes denuncian la situación son amenazados por quienes expenden estas sustancias.
- En barrio San Isidro, los vecinos viven atemorizados por la situación.
- En Yuto, se vende droga “como pan caliente”.
- Para vecinos de Palpalá, que detengan a alguien por expender estupefacientes es “algo de todos los días”.
- Y la inacción lleva a la bronca, como cuando vecinos de asentamiento Aeroclub casi demuelen una casa donde se vendía drogas, cansados de que las Fuerzas y autoridades de Seguridad no escuchen sus reclamos y pedidos de seguridad.
Para muchos jujeños, una de las zonas de Capital más comprometidas en este sentido es el barrio San Francisco de Álava. Uno de sus vecinos, sin identificarse por temor a represalias, confirmó esto señalando que en los alrededores de la plaza de esa zona se venden estupefacientes, constantemente. Pero en horas pico cada esquina del barrio se convierte en un kiosco de drogas.
Calles Escaya, Toquero, Maíz Gordo, Milagro…en todas ellas hay “soldaditos”, niños y jóvenes empleados por los dealers para concretar las transacciones.
“Se los ve en estado deplorable, sin haber dormido, con ojos rojos. Los policías en patrullero pasan y los saludan, les dan la mano como si fueran amigos”.
Los fines de semana, las calles del barrio, o al menos las principales, se convierten en peatonales donde se estacionan vehículos de alta gama de todo tipo y comienza, casi puntualmente a las 22:00, el desfile de personas que compran y venden drogas.
Este vecino aseguró conocer “la calle” y que se venden estupefacientes en cada rincón de San Salvador de Jujuy: “San Isidro, Punta Diamante, El Chingo, San Francisco de Álava, Corchito, Malvinas Argentinas, Alto Comedero, Cuyaya, Mariano Moreno, San Cayetano…” Cuando el gobernador Gerardo Morales en la presentación de su pre candidatura a Presidente habló de combatir el narcotráfico sonrió y se sintió triste a la vez, al pensar que hay niños de 12 años, en San Francisco de Álava, que venden y consumen estupefacientes.
“El Estado sigue ausente, sin importarle nada”.
Las autoridades policiales invitan a los vecinos a mudarse si no les gusta el ambiente del barrio, y policías que patrullan San Francisco de Álava en motocicleta dijeron que su horario de trabajo es los fines de semana por la noche, y de lunes a viernes trabajan hasta las 22:00, “si no recibimos órdenes”.
En San Francisco de Álava, la droga se vende en cada esquina