La asalariada reclamó que “en el Tribunal de Cuentas, un maestranza con 7 años de antigüedad cobra $ 500.000; un maestranza de un año, $ 300.000, mientras que algunos de nosotros no llegamos a los $ 250.000. Algunos enfermeros llegan a los $ 400.000, y otros a $ 300.000”.
Dijo además que el bono de $ 20.000 es “una vergüenza” porque “algunos reemplazantes cobran de $80.000 a $ 180.000”.
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Por esto, sostuvo que muchos trabajadores tienen deudas grandes de tarjeta de crédito, y se cuelgan de la luz porque no pueden pagar la factura.
La situación laboral, de acuerdo a la enfermera, tampoco es la ideal: “no hay camillas, no hay camas, no hay nada. El personal se enferma. Algunas compañeras trabajan en otros sanatorios en negro, y otros venden sándwiches o bollos. ¿Por qué salud cobra menos que los otros? Siempre la pisotearon y cobra menos.
También se siente abandonada por el sindicato: “nos abandonó, es una vergüenza que se dejen envolver. Ate nos abandonó, no viene a movilizar. Pagamos una cuota para que nos defiendan, cobran y viven de nosotros. Tenemos que desafiliarnos para no seguir dándoles de comer a estos que negocian un 5%, un 10%”.