En relación a las palabras de este señor, vocero del ex gobernador Gerardo Morales, se abre todo un debate a partir de la siguiente pregunta: ¿Derechos con despilfarro o sin despilfarro del dinero de los argentinos? Digo esto a partir de los antecedentes de millones que llegan de Nación y que nadie rinde cuentas a la sociedad y tampoco se ven reflejados en mejoras elementales en la calidad de vida de los jujeños.
Pasar la gorra o recibir fondos auditados de forma externa
El candidato a una banca en el congreso nacional, Mario Pizarro, sigue haciendo declaraciones en el marco de la campaña del oficialismo en Jujuy y, entre otras cosas, dijo que “es importante que Nación devuelva lo que se debe ya que no se quiere transferir” haciendo referencia a los famosos aportes del tesoro nacional ATN, ya sea por coparticipación u otros mecanismos.
Cuando se mencionan millones que llegan de Nación y se despilfarran, a la sociedad le genera preocupación porque entiende que siempre se está en el mismo lugar y creo que ahí está la clave de la cuestión de si estos recursos se distribuyen con criterios de equidad y transparencia o si hay lugares donde la plata entra y se “diluye” en gestiones y proyectos que no se ven en la calle.
En ese sentido, aparece una pregunta simple y necesaria para todos los ciudadanos ¿qué pasa con la rendición de cuentas y la transparencia cuando llegan estos fondos y quién controla que cada peso llegue a escuela, hospital, seguridad o cloacas y cuando la gente mira a su alrededor y ve que la vida cotidiana no mejora?
Entonces, surge la sospecha de que se gastó mal o se malgastó y aparece otro interrogante igual de directo ¿dónde está la famosa transparencia que prometen los que manejan el dinero de todos los jujeños y de los argentinos y por qué no se ve esa plata reflejada en una mejora real en la vida diaria?
Si hay derechos para exigir ese dinero con despilfarro cero ¿qué pasa con el concepto de derechos? ¿Son derechos de la gente a recibir una gestión eficiente o derechos de los gobernantes a administrar recursos sin que la ciudadanía tenga suficiente control?
Por eso la conversación se vuelve todavía más necesaria porque vivimos en un país con una historia de promesas y con una realidad donde muchos sienten que la plata que llega desde Nación no llega con la claridad suficiente para saber exactamente en qué se invierte y por qué no se ven mejoras cuando la gente pregunta qué se está haciendo con ese dinero.
La duda es si este sistema funciona de verdad o si se convierten los fondos en una especie de caja negra que necesita más supervisión.
La sociedad debe tener acceso a la información suficiente para entender qué se hizo con cada peso y cómo se evalúa el impacto en la vida cotidiana. Esa es la esencia del asunto y la gente quiere respuestas concretas, no palabras bonitas, ni promesas vacías y lo que está en juego es: si seguimos confiando en una estructura que promete rendición de cuentas o si exigimos cambios que obliguen a que cada peso esté al servicio de la gente y no solo del “bolsillo único” en Jujuy.
Nadie quiere vivir con la sensación de que la plata de todos se maneja sin controles y que los beneficios reales para la comunidad no se ven y por eso la pregunta de fondo para la ciudadanía es qué mecanismos efectivos de rendición de cuentas queremos y cómo se implementan para que la plata de nación llegue a donde debe llegar y se traduzca en mejoras reales de la vida diaria de cada jujeño sin vueltas ni excusas y ese es el eje central de la conversación que se abre cuando se habla de derechos y de la gestión de los recursos públicos y la responsabilidad de todos para exigir claridad y resultados verificables.
Frente a la demanda de más transparencia surge la propuesta de auditorías externas privadas para garantizar que cada peso de nación llegue a fines específicos y no se pierda en el “triángulo de las bermudas de la corrupción” y que su viabilidad dependa de un marco legal claro. Si se cumplen esas condiciones, los resultados serían: detección de sobrecostos, reorientación de recursos hacia necesidades críticas, mejoras medibles en infraestructura y servicios, mayor confianza ciudadana y rendición de cuentas efectiva ante hallazgos. En síntesis, es viable solo con independencia, estándares robustos y transparencia; los beneficios serían mayor eficiencia y confianza pública.
Así que señor Pizarro, si su proyecto es ir al Congreso a pasar la gorra le anticipo que es precisamente lo que no quieren los jujeños. Reflexione sobre transparencia y trabaje sobre proyectos que la aseguren como las auditorías externas y no se olvide que no se trata de su plata es la plata de los argentinos.
Movilizar es legítimo ya que hay derechos en juego. Ahora: ¿la idea sería movilizar solo en defensa de derechos o en defensa de esos derechos pero sin despilfarro de los dineros públicos?

