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Los radicales confunden las ideas con la realidad

El electorado jujeño debe entender la diferencia entre las ideas y la realidad.

A lo largo de más de nueve años de gestión, bajo el liderazgo del gobernador Gerardo morales, hemos sido testigos de cómo las ideas se han convertido casi en dogmas, a veces desconectándose de lo que realmente necesitan los jujeños.

Por ejemplo, la creación de empresas estatales de dudosa rentabilidad, pensadas para generar crecimiento y desarrollo, son un fiasco. La cruda realidad es que muchas de estas iniciativas han resultado ser muy costosas para los jujeños, llevándonos a un endeudamiento monumental en dólares. ¿Acaso hemos visto mejoras tangibles en la calidad de vida de los jujeños? Lamentablemente, la respuesta es no.

La realidad que enfrentamos día a día nos habla de un Estado que, a pesar de las promesas, no ha podido hacer las inversiones necesarias. La falta de infraestructura en rutas, la escasez de agua potable, los problemas con la provisión eléctrica, y la instalación de un sistema de seguridad eficiente son solo algunas de las carencias que nos afectan. Además, hay una evidente desorganización en el Ministerio de Educación y una atención insuficiente a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

Las ideas que han intentado vendernos se desvanecen ante la dureza de la realidad que se vive, marcada por el desencanto y el malestar de la ciudadanía. Es fundamental que los jujeños diferencien entre lo que prometen y lo que realmente se concreta en el día a día. La lucha por un futuro mejor no debe basarse solo en palabras, sino en acciones concretas que atiendan nuestras necesidades reales.

En síntesis, es necesario que cada uno evalúe críticamente las propuestas y exija cambios que reflejen la verdadera situación que vivimos. Solo así podremos avanzar hacia un futuro donde las ideas y la realidad coexistan de manera positiva y constructiva.

Es fundamental, entonces, que los jujeños sepan diferenciar entre lo que se nos presenta como “ideas” atractivas y la “realidad”. Las buenas intenciones de algunos se convierten en una cortina de humo que oculta problemas latentes. La ciudadanía tiene el derecho de exigir cuentas claras y resultados concretos, porque al final del día, lo que importa son los efectos tangibles en nuestras vidas.

La distancia entre lo que se ha prometido y lo que realmente se ha logrado es enorme y aunque las ideas pueden sonar atractivas se necesita que estas se materialicen en beneficios reales para el pueblo y para ello hay que rendir cuentas.

La brecha entre las ideas y las realidades ha generado una desconexión produciendo descontento y desconfianza en la ciudadanía. Cuando lo que se prometió no se materializa, se crea un clima de frustración y desencanto. La pregunta sería entonces: ¿cómo podemos acortar esta brecha?

Es esencial que los ciudadanos se informen para cuestionar y exigir respuestas claras y acciones concretas. No podemos permitir que la provincia continúe operando en una especie de “realidad paralela”, donde las ideas delirantes brillen solo en la teoría y no se traducen en mejoras para nuestro día a día.

Las ideas deben fundamentarse en la realidad para generar un cambio positivo y duradero en Jujuy.

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