Una de las razones del descontento constante es la falta de unidades adaptadas; otra, los aumentos regulares y directos realizados por el intendente capitalino, que convierte al pasaje urbano en uno de los más caros del país.
Paralelamente al inicio del ciclo lectivo 2023 aparecieron nuevos reclamos de usuarios del servicio, esta vez por algo que todos ellos conocen pero es desoído desde las empresas y el municipio: falta de frecuencias y unidades, lo que deriva en coches atestados que no paran, dejando sin transporte a muchas personas que los necesitan.
Vuelta a clases y vuelta de los colectivos repletos
La situación es muy conocida en barrio Los Molinos: el referente del Centro Vecinal del lugar, Walter López, contó que los coches que vienen desde localidades como Lozano, Yala o Reyes llegan al lugar repletos, no paran, y los residentes quedan varados llegando a esperar hasta una hora y media por un colectivo que los lleve a destino.
“Los estudiantes llegan a esperar una hora y media llegando tarde a clases, pasan hasta seis colectivos sin parar. También les sucede a quienes van a trabajar y los fines de semana”, dijo, y agregó que se reunirán con autoridades del Centro Vecinal de barrio Los Huaicos para determinar acciones a realizar.
De acuerdo al vecino el problema comenzó antes de la pandemia de Covid-19, y para superarlo necesitan más unidades y colectivos que inicien su recorrido en Los Molinos, además de nuevas unidades o coches en buenas condiciones.
Colectivos repletos y pocas frecuencias: en Los Molinos se repite el problema