Cuando hacemos referencia a la situación grave que atraviesa la Justicia en la provincia de Jujuy, pese a los decorados y las simulaciones, como decía el otro día el integrante del Superior Tribunal de Justicia Otahola que todo está normal, que las palabras son libres que todos hacen lo que quieren, en el otro carril vamos a repasar episodios que están sucediendo en el Ministerio de la Acusación. Habrían denuncias que son graves, armados de causas, respecto a las denuncias contra el ayudante fiscal Dr. Guillermo Beller cuya situación es complicada por los antecedentes.
MPA: Habría una combinación entre mala praxis y hechos ex profesos en distintas causas
La guerra entre fiscales promovida por la fiscalía general afecta severamente la defensa de la legalidad y del interés general de la sociedad.
La denuncia al ayudante de fiscal, el Dr. Guillermo Beller, abre a puerta para que se visibilice los diferentes destrato y maltratos que se originan dentro del MPA por parte de Sergio Lello Sánchez.
Entre los conflictos se registrarían el Dr. Héctor ortega se presenta en auditoría general del MPA y pide que se investigue al Dr. Guillermo Beller y Javier Sánchez Serantes, además al ayudante de fiscal Hugo cornejo.
El conflicto se genera por la tenencia de un menor de edad el Abogado denunciante, dijo que en el año 2022 es denunciado por su ex pareja, de forma cruzada el Dr. Ortega también es denunciado, obteniendo una medida cautelar. Ortega toma conocimiento que se le había iniciado una causa en paralelo a su persona.
Seguidamente Ortega denuncia al Dr. Guillermo Beller, por el armado de la causa, quien tiene un vínculo con la ex pareja de Ortega. La causa es armada con el apoyo del fiscal Cornejo y el fiscal Sánchez Serante.
El Dr. Ortega denuncia a los fiscales por obstrucción de la investigación, ocultar información porque había una denuncia penal y armaron otra causa contra el Dr. Ortega, por violencia de género, hechos que no fueron investigados por la jueza.
Estas situaciones derivaron en algunos cambios:
El fiscal Sánchez Serante, habría sido despedido, supuestamente, es lo que se dice en los pasillos del MPA. En cuanto al Dr. Guillermo Beller, asumió como fiscal de investigación penal preparatoria, es decir que lo habrían premiado. Otros de los removidos, es el fiscal en Humahuaca Fernando Alancay. En cuanto al fiscal Alejandro Bosatti, fue restituido a la sede del MPA en calle Balcarce.
Es tanto el malestar que hay dentro del MPA, que varios fiscales no se presentan en su lugar de trabajo y hasta no atienden el teléfono, es lo que estaría ocurriendo.
Y como los conflictos siguen, en las últimas horas se dio a conocer el de juicio oral al juez Jorge Zurueta, por mal desempeño, falta de independencia con el Poder ejecutivo, por último el fiscal Zurueta es señalado por encubrir a sus allegados en un siniestro vial, ocurrido en el año 2015, en ese entonces Zurueta era secretario de seguridad vial. Al momento es denunciado por encubrimiento real, agravado por la calidad de funcionario público.
Estos episodios producidos en las últimas semanas demuestran acabadamente la metología o el modus operandis, que se combinan con la mala praxis produciendo gruesos errores en la interpretación jurídica y de los criterios aplicados en consecuencia.
En síntesis lo que se estaría haciendo con el cuerpo de fiscales en el Ministerio Público de la Acusación sería como una suerte persecución sistemática forzándolos permanentemente a participar de maniobras jurídicas que poco claras, es como le lo dije recién hay una combinación entre mala praxis y hechos ex profesos en distintas causas.
En condiciones normales la figura del fiscal es la parte requirente dentro de un proceso penal, y cuya función esencial es la de promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad, y del interés general de la sociedad.
El fiscal posee la facultad de solicitar el sobreseimiento en los casos que no existan evidencias para requerir el enjuiciamiento público del imputado, pero ocurre que esto no está pasando. Toda decisión de un fiscal del Ministerio Público de la Acusación, estaría supeditada a la orden del fiscal general que respondería simultáneamente a las presiones de la Casa de Gobierno de acuerdo a cada caso en particular.
El fiscal es un abogado del Estado no de la víctima y ahí está el peligro ya que las presiones que sufre terminan quebrando su independencia, y si resisten se tienen que ir o soportar maltrato o sanciones, una locura. Además ayer comentábamos sobre la importancia de la complejidad organizacional de los ministerios, bueno esto pasa también en el Ministerio Público de la acusación que definitivamente no le hace bien al sistema.
Los fiscales deben además especializarse cuando son nombrados ya deben saber a que llegar al ministerio, y para que. Aquí ocurre todo lo contrario el Sr. Lello Sánchez los estaría rotando y en el balance nadie termina sabiendo nada, y viven los fiscales cubriéndose las espaldas.
A los jueces no se los deben rotar llegan al cargo para determinada función, los fiscales se transforman en mamotretos que como le decimo se cuidan las espaldas, pero como si esto fuera poco el sistema de selección de fiscales es una vergüenza, y sino explíquenme las 32 causas penales, a cargo del fiscal Rondón, esto pasa aquí en macondo Jujuy.
Todo esto ocurre en una estructura que está cuestionada constitucionalmente, ya que hay 6 recursos de inconstitucionalidad no contestados, una estructura de esta complejidad no puede funcionar sino tiene los patitos en orden. De modo que con estos sustentos que he marcado para la lucha penal, se necesitan fiscales probos no chirolitas, no sabemos qué va a pasar en el marco de los debates por la reforma de la Constitución con el futuro del Ministerio Público de la Acusación, de lo que si estamos convencidos es que debe dejar de ser un suburbio radical, para hacer los enjuagues de la política.
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