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Psicólogo jujeño analizó cómo actúa la "generación de cristal"

El profesional consideró que una de las características principales de los adolescentes que pertenecen a este "grupo social" es que no tienen capacidad de esfuerzo, frustración ni superación.

  • El psicólogo jujeño Mario Taglioli analizó la denominada “generación de cristal” desde el consumo de sustancias y otras características que la describen.
  • Para el especialista la misma naturalizó el consumo y no tiene capacidad de de esfuerzo, frustración ni superación.

El psicólogo jujeño Mario Taglioli analizó el consumo de sustancias en nuestra provincia, y mientras descubría y describía algunas características del mismo llegó a referirse a la “generación de cristal”, a la que considera, principalmente, carente de las capacidades de esfuerzo, frustración y superación.

Psicólogo jujeño analizó cómo actúa la generación de cristal

“Como fenómeno negativo de carácter social (el consumo) va creciendo en todo sentido. La crisis social es tremenda pero estamos sobre el mismo eje, la crisis en la realidad familiar, la falta de contención.

La realidad tiene vaivenes, y puede haber una crisis: la necesidad de que los padres salgan a trabajar y que el padre desaparezca y la madre lo reemplace. Aunque todo sigue fundado en el común denominador del alcohol. La oferta está en la calle pero también la incomunicación es cada vez mayor y los padres se sorprenden cuando los chicos tienen 17 años, o 14, y ya consumen.

Eso da la pauta que hubo una desconexión en algún momento; ese crecimiento y desarrollo lleva a la sorpresa de que están consumiendo y en muchos casos eso está consentido por los padres, hasta que se desborda.

Si no tenemos control con hijos que no consumen ni beben alcohol, imaginemos con los que lo hacen.

Ponemos énfasis en la seguridad, en que el Estado no me puede dar la solución de lo que pasa, pero cuando les decimos a padres de chicos que consumen que concurran para hablar y determinar parámetros que tienen que cambiar, cosas que se tienen que modificar en la familia, no los mandan. Creen que a veces uno como psicólogo, o las instituciones del Estado, arreglarán a sus hijos como un automóvil en un taller mecánico.

Si el hijo dejó de comunicarse y lo hace a través del consumo de sustancias es porque la dinámica familiar está fracturada. Eso no ocurre de la noche a la mañana, a veces es un proceso de deterioro que lleva muchos años.

Dejaron de ver el consumo como problema. Lo naturalizaron. Solo se lo considera un problema cuando la cosa llegó a límites extremos.

La solución no es simplemente que el Estado ponga más policías en la calle o hacer más centros de rehabilitación, los chicos se van cuando se les imponen límites, cuando se les impone trabajar. Cuando empiezan a poner esos límites se van a casa y no estudian ni trabajan.

No tienen capacidad de esfuerzo, frustración ni superación. Piden casa por casa, pero cuando se les solicita una contraprestación, como lavar un vehículo, dicen que es mucho trabajo.

Se perdió la cultura del trabajo; como sociedad aprendimos a vivir como mendigos.

Alguien comentó que abrirían un comedor en el barrio y pensamos que era una alegría, pero a la vez una tristeza. Un comedor tendría que cerrarse porque eso significaría que los chicos están comiendo en sus casas, compartiendo la mesa.

Hay algo complementario de todo esto: no trabajan, no estudian, no colaboran en la casa pero tienen celulares que cuestan $100.000. Zapatillas de $140.000. Estamos creando la famosa generación de cristal porque cualquier cosa que le pasa es culpa de alguien. ¿Y la responsabilidad? Tu parte, tu compromiso en esto. No los formamos como otros, cuando no había y te la tenías que aguantar y ver cómo hacías para seguir adelante. Aprendimos a tolerar las circunstancias desfavorables de la vida y buscar la manera de poder superarlas”.

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