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El paisaje en Jujuy aun no tiene quién lo cuide

A pesar de que la Quebrada de las Señoritas fue declarada "paisaje protegido", turistas que visitan este y otros lugares siguen atentando contra el paisaje.

  • Días pasados, otro visitante fue sorprendido escribiendo en las paredes del lugar y fue obligado a borrar su escritura.
  • El fin de semana aparecieron pintadas con aerosol en la Garganta del Diablo,y a pesar de que la autora admitió el hecho, se desconoce si fue penada por lo realizado.

El ataque a paisajes de nuestra provincia que forman parte del patrimonio histórico, cultural y turístico de Jujuy parece ser algo común en los últimos tiempos, hechos que lejos de abrir un debate sobre las acciones que se realizan para evitarlos, son simplemente una noticia más, tan común como los hechos de tránsito o el estado del tiempo.

Las autoridades de Turismo, Patrimonio y Policía Turística, al parecer, no trabajan durante las vacaciones. A pesar de que la Quebrada de Las Señoritas (en Uquía, a 9 kilómetros de Humahuaca) fue declarada “Paisaje Protegidoaun es blanco de pintadas y grafiteadas de turistas más interesados en obtener comentarios y “me gusta” en sus redes sociales que en cuidar el patrimonio no solo de los jujeños sino de todos los argentinos. De todas formas, el concepto de “paisaje protegido” no implica que será cuidado de actos vandálicos como los que mencionamos, sino que la actividad turística que se realice allí deberá ser sustentable, sin alterar el paisaje ni degradar los recursos naturales.

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Foto: Policía de Jujuy

Foto: Policía de Jujuy

Quienes son sorprendidos realizando este tipo de actos vandálicos son obligados a limpiar lo que hicieron (como lo atestigua la información publicada por nuestro medio, y las fotografías que la acompañan) pero se desconoce si hay penas mayores, (de tipo económico, por ejemplo), para quienes atentan contra el paisaje.

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Algo que sorprendió a muchos jujeños fue lo ocurrido en la Garganta del Diablo el fin de semana pasado: una mujer de Buenos Aires que visitó el lugar decidió hacer un tributo a su hijo fallecido pintando grafitis con aerosol en todos los lugares que pudiera. Fue sorprendida por integrantes de una comunidad indígena de la zona (no por autoridades turísticas ni de la Policía Turística) y luego de ser denunciada, reconoció que había realizado otras pintadas anteriormente. Sin ser detectada ni sancionada.

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