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La torpe maniobra que terminó en papelón para Gerardo Morales

Los juicios políticos con los que el gobernador intentó quedarse con lugares en el tribunal de cuentas y con la jefatura de los fiscales pasaron a archivo y representan una dura derrota política: muestran el fracaso de un líder prepotente que buscó eludir el control. ¿Lanzará panfletos contra los diputados?

  • Se cayeron los juicios políticos que impulsó el gobernador Gerardo Morales en la Legislatura.
  • El fiscal general Alejandro Ficoseco y los tres integrantes del tribunal de cuentas, acusados de complicidad con Milagro Sala, continuarán en sus cargos.
  • Morales no podrá quedarse con puestos que lo controlan y se expuso públicamente con una nueva maniobra excesiva, que muestra su vocación de poder sin límites.

Mientras el gobernador Gerardo Morales reparte insultos en las redes sociales a raíz de la crisis en Bolivia y se coloca como formador de opinión en la agenda nacional, a nivel local tiene algunas urgencias que con seguridad demandarán su atención.

La preocupación por la situación institucional en Jujuy, derivada de los juicios políticos que el mandatario impulsó en la Legislatura, aumentaba semana a semana por algunos rasgos de brutalidad en quienes lo llevaban adelante.

El proceso buscaba echar de sus cargos a Alejandro Ficoseco, fiscal general del Superior Tribunal de Justicia, a Nora Millone, Mariana Bernal y René Barrionuevo, presidenta y vocales del tribunal de cuentas respectivamente. Se los acusaba de haber sido cómplices de Milagro Sala para la comisión de fraude a la administración pública.

Esa intentona fracasó este martes 12 de noviembre: sin los dos tercios necesarios para avanzar en la sala acusadora, los juicios políticos pasaron a archivo.

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Arriba, de izq. a der.: Nora Millone, Mariana Bernal, René Barrionuevo y Alejandro Ficoseco, los acusados por el gobernador Morales.

Arriba, de izq. a der.: Nora Millone, Mariana Bernal, René Barrionuevo y Alejandro Ficoseco, los acusados por el gobernador Morales.

Las razones del naufragio son varias, de orden político, debilitan al gobernador y se pueden enumerar. A saber:

Partieron de una mentira evidente.

Ningún dirigente cercano al gobierno se animó a poner la firma en las acusaciones, imprimiéndole una debilidad de origen a la acusación.

Como contrapartida, el oficialismo utilizó la firma de dos ciudadanas desconocidas, presuntamente empleadas públicas. Nunca, sin embargo, se conocieron sus rostros ni su versión de los hechos. No se supo cómo hicieron para obtener información privilegiada de expedientes judiciales, y ratificaron la denuncia cerca de la madrugada, en el despacho del diputado oficialista Ramiro Tizón, ante la sola presencia de él y su secretaria. El gobernador Gerardo Morales las llamó “ciudadanas valientes”. La maniobra fue burda.

El temperamento traiciona a Morales: su prepotencia pudo más

Luego de defender la poco creíble teoría de “las ciudadanas valientes”, el gobernador terminó haciéndose cargo de las denuncias. Lo hizo ante la presencia de fiscales generales de todo el país, que llegaron a Jujuy para cuestionar la arremetida del gobierno contra el integrante de ese puesto clave en la justicia.

En una reunión que tuvo lugar en su despacho, editó y subtituló un fragmento registrado por las cámaras de seguridad, en los que reconoció estar detrás de las denuncias.

Los fiscales se mostraron indignados. “Es un machito del subdesarrollo”, lo describieron.

El pacto con el “jefe” de la oposición, al desnudo

Para el avance de los juicios políticos, el gobernador contaba con la connivencia del diputado/empresario, Rubén Rivarola, presidente del PJ. Un abogado vinculó a 14 empresas manejadas por el legislador con contrataciones otorgadas por la gestión Morales. Semejante entramado llegó a oídos de la cúpula del Frente de Todos, que intervino para desarmar la sociedad. Sin embargo, la relación quedó expuesta y promete nuevos capítulos.

La agenda de los jujeños pasa por otro lado

El gobernador se metió de lleno en una discusión que obedece más a urgencias políticas propias que a los temas de la realidad que involucran a la ciudadanía en Jujuy.

En la provincia, el empleo privado cae, los salarios estatales llevan perdido 10 puntos porcentuales en relación con el índice de inflación, la demanda en comedores comunitarios crece, mientras el gobierno se niega a discutir una ley de emergencia alimentaria.

También hay indignación por el incremento del nepotismo en la provincia y la excentricidad de algunos funcionarios, que ostentan pobres gestiones pero grandes remuneraciones.

La intolerancia, su peor enemigo otra vez. ¿Vuelven los panfletos?

El liderazgo de Morales en Jujuy no acepta voces disidentes ni pequeños atisbos de control ante decisiones cuestionables.

La arremetida contra el tribunal de cuentas tuvo todo el tiempo la sombra del plan Jujuy Asiste y Reactiva, en el que el gobierno volcó casi tres mil millones de pesos antes de la campaña política, que se utilizaron eludiendo los llamados a licitación, realizando contrataciones directas sin límites y salteando los controles previos que obliga la ley. Todo eso fue posible gracias a un decreto firmado por Morales que la oposición cuestionó.

En los primeros meses de 2.020 el órgano de control debe auditar semejante proceso. Antes, Morales buscó remover a tres de sus miembros y designar a otros.

No es la primera vez que utiliza una estrategia similar. El gobierno ha demostrado que es capaz de empapelar la ciudad denunciando con teorías conspirativas a sus críticos, o a quienes pueden limitar sus excesos.

¿Repartirá panfletos esta vez el gobernador contra los diputados que no apoyaron los juicios políticos? Los legisladores de la oposición, ¿lo están extorsionando?

En el Jujuy de Morales, nada puede sorprender.

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