9 años de espera y un juicio que no avanza: el desesperado reclamo de una madre por justicia
La causa por abuso sexual contra S.L. volvió a ser postergada, pese al pedido de la fiscal para evitar más dilaciones. La víctima padece una grave cardiopatía, se encuentra en estado de extrema fragilidad y su madre denuncia indiferencia judicial y riesgo de impunidad.
Volvieron a suspender un juicio por una causa de abuso sexual.
La madre de la presunta víctima alzó su reclamo contra el sistema judicial.
La joven denunciante tiene una grave enfermedad cardíaca congénita.
La historia de J. S. es la de una doble lucha: por un lado, contra una grave enfermedad cardíaca congénita que la llevó desde muy pequeña a atravesar múltiples cirugías a corazón abierto; por el otro, contra un sistema judicial que, tras casi una década, aún no logra poner fin a un juicio por abuso sexual infantil que la tiene como presunta víctima.
En las últimas horas, su madre, Claudia T. volvió a alzar la voz tras conocerse una nueva suspensión del debate oral, una decisión que profundizó el dolor, la bronca y el agotamiento de una familia que lleva nueve años esperando justicia.
Según denunció, el juicio -que comenzó tras innumerables postergaciones- volvió a ser reprogramado para febrero, luego de que el tribunal resolviera no avanzar con una alternativa para evitar la paralización del proceso, pese al pedido expreso de la fiscal que representa a la víctima.
El juicio, recordemos, se celebra en contra de S.L. quien se encuentra imputado como presunto autor del delito de "abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia", en perjuicio de su sobrina política, quien convivió con el sujeto durante años en la zona sur de San Salvador de Jujuy.
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“Escucharon a la defensa, pero no a mi hija”
De acuerdo al testimonio de la madre, la última suspensión se justificó inicialmente por la indisposición de uno de los jueces, quien atraviesa un delicado estado de salud. Sin embargo, la fiscal solicitó incorporar un juez reemplazante para no seguir dilatando el proceso, teniendo en cuenta la situación extrema de la víctima.
Pero ese pedido no fue aceptado. “Lo que más duele es que a la fiscal no la escucharon, pero a la defensa del imputado sí. Eso se siente como una burla después de tantos años”, expresó Claudia, quien remarcó que cada nueva demora revictimiza a su hija y la expone a un desgaste que su frágil estado de salud ya no tolera.
Embed - Una jujeña clama por Justicia para su hija quien padece una grave enfermedad
J. padece una cardiopatía cardiopulmonar severa, no posee uno de sus riñones y, según especialistas de Buenos Aires y Salta, su única alternativa es un trasplante cardíaco, sin garantías de sobrevida. Su condición actual es límite. “El tiempo para mi hija no es abstracto. Cada mes sin justicia es un riesgo real”, sostuvo su madre.
El caso
La causa judicial se originó en el año 2017, cuando esta mujer denunció a S. L., una persona cercana al entorno familiar, acusado de haber abusado sexualmente de su hija desde los 7 hasta los 14 años.
El imputado estuvo solo cuatro meses detenido y luego recuperó la libertad. Desde entonces, la familia denuncia irregularidades, demoras inexplicables y pérdida de pruebas clave, entre ellas registros audiovisuales, fotografías y presentaciones que —según aseguran— nunca fueron incorporadas o desaparecieron del expediente.
A lo largo de estos años, la denunciante también afirma haber sido víctima de denuncias falsas, lo que considera una maniobra para desacreditarla y debilitar su rol como madre y denunciante.
El juicio
Tras nueve años de espera, finalmente este año se había fijado fecha de juicio. Primero fue anunciado para junio, pero se suspendió horas antes de comenzar. Luego se retomó en octubre, pero nuevamente se interrumpió en varias oportunidades: audiencias canceladas, alegatos postergados y, ahora, una nueva reprogramación.
“Mi hija solo quiere escuchar la sentencia. Nada más. Quiere saber qué dijo la Justicia sobre lo que le hicieron para poder estar en paz”, expresó Claudia, visiblemente quebrada, asegurando que su reclamo es urgente y humano: que el caso no quede silenciado, que el juicio concluya, y que su hija —una joven que pasó gran parte de su vida entre quirófanos y salas de espera— no muera sin haber escuchado justicia.
“No pedimos un favor. Pedimos lo que corresponde. Justicia para una niña abusada, para una víctima que luchó todos estos años por vivir y por contar su verdad”, concluyó.