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Indignante: un comedor capitalino fue robado siete veces

La titular de la institución "Un Ángel con Amor" de Alto Comedero asegura que no tienen contención de la autoridad de la que dependen y están a merced de los delincuentes.

  • Pobreza, necesidades y delincuencia, tres ingredientes de lo que viene sufriendo un comedor de Alto Comedero.
  • Fue robado siete veces en los últimos meses.
  • La responsable del mismo asegura que aunque realizaron las denuncias, no pudieron recuperar lo que perdieron.
  • Tampoco tienen contención ni ayuda de la autoridad que controla el espacio donde funciona la institución.

La situación de merenderos y comedores en Jujuy es cada vez más preocupante: siete de cada 10 tuvieron que cerrarse por la imposibilidad de cubrir la creciente demanda, que aumenta día a día, por la falta de partidas presupuestarias o alimentarias.

A la urgencia de una de estas instituciones que atiende las necesidades de su comunidad se suma la delincuencia: se trata del comedor “Un Ángel con Amor”, de barrio Alto Comedero, que fue robado siete veces en los últimos meses.

Funciona en el Centro Integrador Comunitario (CIC) de zona “Che” Guevara; la última vez que entraron ladrones y se llevaron todo fue hace dos semanas: les robaron mercadería, utensilios, garrafas de gas de 10 kilos, leche y quesos.

Verónica Cachizumba, su responsable, dice que hay muchos espacios verdes alrededor donde los delincuentes se esconden o refugian luego de robar. Hicieron las denuncias de los siete robos que sufrieron, y por más que lo intentan, no logran conseguir la ayuda o colaboración de la autoridad del espacio donde funciona la institución, es decir, la responsable del CIC.

No nos permiten poner seguros en las puertas, siempre que nos roban dicen que no saben nada. Cuando preguntamos por el sereno nos contestan que no está, que se fue de ronda, y cuando vuelve, ya nos robaron”, cuenta Verónica.

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Los ladrones tienen un modus operandi: pasan por una ventana que no tiene rejas, rompen un candado y están dentro del depósito del comedor.

“No recuperamos nada de lo que perdimos; la encargada dijo que trataría de ayudarnos a comprar lo que nos robaron, pero hasta ahora no nos dieron nada”.

A pesar de los robos, siguen adelante, haciendo lo posible para continuar otorgando el servicio a las personas que dependen de ellos, que constantemente son más. Tratan de mantener a las que ya llevan un tiempo concurriendo (entre las que se destacan familias completas, madres embarazadas y madres solteras), contienen a 156 personas después de un tiempo de recibir a 300, y a quienes no llegan a contener, les explican que no pueden hacer nada por haberse pasado del cupo óptimo de funcionamiento, viéndose aun más imposibilitados por los robos que sufren.

La cantidad de personas que concurren se redujo, de acuerdo a Verónica, porque no abren siempre: “los responsables de familias buscan lugares donde los reciban todos los días”.

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