“Mi candidato a vicepresidente, el del corazón, es Gerardo Morales porque tiene unos así de grandes", decía Sergio Massa allá por diciembre del 2014, en el mismo momento en que Morales intentaba por todos los medios que la UCR le dé la espalda a Mauricio Macri y encare la aventura electoral con el tigrense.
Lo concreto es que, en aquella oportunidad, luego de fracasar su intento en Gualeguaychú, Morales puso toda la estructura para darle a Massa un inesperado triunfo en Jujuy, a la postre la única provincia donde ganó el autopercibido superministro.
Hoy se está viviendo una suerte de dejavú, Morales sigue dividiendo al radicalismo, Massa o Macri o más bien entre Massa y Juntos por el Cambio.
No son nuevos los intentos de Morales de romper JxC, con declaraciones rutilantes y agresivas, incluso descalificando a sus eventuales socios políticos del PRO.
Hasta su gran benefactor, Mauricio Macri, fue blanco de los dardos de Morales, con la poca elegancia que a menos de 48 horas de haber dejado la presidencia, Morales literalmente lo desconoció, a pesar de la grotesca inyección de fondos que tuvo Jujuy durante el mandato de Macri.
Rodríguez Larreta también fue blanco de explosivas declaraciones del gobernador de Jujuy, pero en el caso del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el mandamás jujeño fue más allá y mandó a sus diputados a darle el número necesario al kirchnerismo para recortarle los fondos a la ciudad capital, y así siguieron una cantidad de felonías que llegaron hasta hoy convirtiendo a JxC en una verdadera olla a presión.
Los dirigentes del PRO sostienen a viva voz que desde la llegada de Massa, el gobernador jujeño siente que tiene una suerte de halo protector que lo alienta a seguir con su cometido de ruptura.
Tal es el clima de tensión que inyecta Morales, que Juntos por el Cambio resolvió reunir mensualmente a su Mesa Nacional para deliberar sobre la estrategia política de la coalición y exponer detalles del plan de gobierno que elaboran las cuatro fundaciones del espacio.
En ese sentido, el último encuentro de la Mesa había sido el 19 de julio. Desde entonces, los líderes de la alianza opositora habían previsto reunirse de nuevo hoy 16 de agosto. Sin embargo, el conflicto emergido a partir del “huracán Carrió” y la reacción virulenta de Morales, empantanó el cronograma de Juntos por el Cambio.
Con el propósito de limar asperezas y bajar la tensión, los líderes del PRO almorzaron el viernes, el concepto general después de la reunión fue “dar por cerrado” el conflicto con Carrió.
Sin embargo, no se pudo con el cometido y Morales resolvió filtrar unos chats con la líder de la Coalición Cívica. Solo algún ingenuo puede pensar que los chat se filtraron por terceras personas o de manara casual, todo apunta a que esos chat fueron filtrado por el propio Morales, una pergeñada jugada política para insistir con la fractura de la concertación opositora.
Las razones de estas arteras maniobras de Morales tienen que ver fundamentalmente en la bajísima consideración pública, a punto tal que hoy llegó a las mesas de trabajo de los distintos medios una nueva muestra de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés, en base a 1.199 casos relevados entre el 29 de julio y el 9 de agosto.
La encuesta indagó sobre la imagen de los principales dirigentes políticos del país. Con un 42% de valoración positiva total, en primer lugar quedó para el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
El segundo lugar la diputada nacional María Eugenia Vidal logró un 39% de imagen positiva, aunque terminó con 52% pero negativa, de acuerdo a la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública.
Le siguió la presidenta del PRO Patricia Bullrich (36% positiva, 54% negativa); el radical Facundo Manes (36% de imagen positiva, 35% negativa); el economista Roberto Lavagna (34% positiva, 40 negativa); el líder de Evolución Martín Lousteau (33% positiva, 43% negativa).
Los nombres siguen y recién en el puesto 11 apareció el primer integrante del Frente de Todos. Es el nuevo ministro de Economía Sergio Massa, que consiguió un 26% de imagen positiva y 64% negativa. Detrás aparece la vicepresidenta Cristina Kirchner con 26% de imagen positiva y 70 negativa.
Sobre el final, los menos valorados positivamente son Gerardo Morales, con apenas un 2% de imagen buena y un 16% de algo buena, con una imagen negativa que alcanza el 45%, luego está Alfredo Cornejo, con 16% de imagen positiva y 36% negativa; la diputada del Frente de Izquierda Myriam Bregman 14% de imagen positiva y 41% negativa. Nicolás del Caño, el último, sumó 14% de imagen positiva y 68% negativa.
Hay intenciones de reeditar la fórmula Massa – Morales, por lo menos algunos medios nacionales ya hablan con alguna insistencia de esa posibilidad, Pero para ello es imperioso que el gobernador de Jujuy levante su performance y para ello apelará a cualquier estratagema, desde autopercibirse honesto y transparente, pasando por luchador contra la corrupción K y hasta inclusive presentarse como demócrata. Todo es posible...