Tras su paso por Salta, el Ministro de Educación de la Nación llegó a la provincia para cumplir con una apretada agenda de reuniones que se enmarca en una gira oficial por distintas provincias.
En una primera etapa, su visita fue cuidadosamente guiada por la ministra de Educación Isolda Calsina y su equipo de trabajo, en una recorrida por obras en marcha pero evitando dar detalles de su itinerario en pos de mantener lejos las críticas de sectores disconformes con las políticas locales.
Es que la cartera que preside la letrada viene siendo una de las más cuestionadas por problemas que arrastra de años anteriores y otros nuevos que se han sumado con motivo de una mala gestión en plena pandemia.
La previa al arribo de Trotta a Jujuy estuvo marcada por la postura disidente de varios sectores, un reflejo claro del clima social en Jujuy. Una larga de fila de denunciantes deseosos de encontrar un interlocutor válido para una lista grande de cuestiones pendientes: las constantes violaciones al estatuto docente, dificultades en el acceso a los cargos, aumentos que no fueron otorgados, sueldos pendientes en la UNJu y un inicio de clases polémico. Eso sin mencionar el deplorable estado de muchas escuelas.
Tras su reunión con autoridades locales, el funcionario nacional se hizo tiempo para recibir a los gremios y se interiorizó de numerosas problemáticas.
El referente de la Asociación de Educadores provinciales (ADEP), Darío Abán calificó la reunión como positiva y dijo que el ministro se comprometió a interceder, dentro de lo que le permitan sus facultades, ante el Ministerio de Educación local.
Entre los temas centrales que se abordaron estuvieron las paritarias, el inicio del ciclo lectivo y el decreto 1807 que, según aseguran, viola derechos adquiridos por los docentes.
Por su parte, Carmen Méndez de UDA manifestó: “Le pedimos la promoción automática de los alumnos. No hicimos alusión a problemas específicos locales”.
Trotta incluso se reunió con docentes de la UNJu que reclaman por sueldos adeudados.
