El abogado constitucionalista Vicente Casas se refirió a la reforma constitucional indicando que algunos aspectos del proceso son por lo menos criticables o la hacen ilegal.
El avance del gobierno en esta iniciativa motivó el constante reclamo al contrario de sindicatos, organizaciones sociales y comunidades aborígenes, a pesar de que se dio de baja algunos artículos que afectaban a estas últimas.
Fue esa última parte del proceso la que criticó el abogado constitucionalista Vicente Casas, quien dijo que quita legalidad al documento “no dar la palabra de manera arbitraria, prepotente, no dejar que ingrese la prensa a enriquecer a la sociedad. La forma en que se aprobó, con el gobernador presidiendo la convención. Algunos legisladores querían hablar pero se votó así. ESTO de decir: “nos reuniremos antes para dejar de lado dos artículos” (sin saber) qué dicen los otros convencionales; ¿dónde están? ¿Se enteraron que esto pasará hoy? Ellos representan al pueblo”.
“No se puede modificar artículos; hay que hacer una nueva reforma”, aseguró el especialista.
“Cuando se jura, se jura todo, incluso los dos artículos que dijo que dejó sin efecto. Y lo hace porque quiere que las comunidades originarias se vayan a su casa y desalojen la ruta. No se trata de dejar tranquila a la gente, hay que persuadir las ideas que uno tiene porque puede estar equivocado. Para evitar los abusos del Poder es preciso que el Poder detenga al Poder. No hay otro camino. Un gesto de grandeza de los 40 convencionales que quedaron es no jurar la Constitución hoy, o que el Superior Tribunal de justicia la declare inconstitucional, o que un juez en su sentencia se declare inconstitucional algún artículo de esta reforma cuando tenga que aplicarla”.
Por otro lado, Casas marcó que “nunca hubo consenso, menos en la reforma de la Constitución. Se faltó a principios que hacen a la forma republicana de gobierno. La publicidad de actos oficiales no existió”.
Además, consideró que “el diálogo no existió nunca con este gobierno, desde el 10 de diciembre de 2015 no lo hubo. Cuando asumió la primera gobernación, el contador Morales creó un “Consejo para Consolidación de la Democracia”. Invitó a varios sectores de la vida pública, a las universidades, y una de ellas me mandó la nota para participar. Pasaron 8 años y nunca me dijeron dónde estaba la oficina para ir”.
“Si se jura la reforma no se hace en un marco de legalidad”, aseguró.
