Amelia de Dios, la delegada normalizadora designada oportunamente por el Ministerio de Trabajo, que llegó durante los días en que la sede casi fue rematada por las deudas millonarias que se fueron descubriendo en ese momento, se refirió al proceso de caída de Montero, indicando que se trató de distintos hechos que confluyeron para provocar el final de esa gestión.
Una de las situaciones que motivaron la intervención fue la negativa del ex Secretario General de realizar elecciones, o realizarlas de forma irregular, pero lo más grave, de acuerdo a de Dios, fue la deuda de $20.000.000 que el CEDEMS tenía con casas comerciales y la reducción progresiva de los montos salariales que se pagaba a los empleados de la institución, deuda que también sumaba $20.000.000.
“Se había dejado de pagar (a los comercios) por más de un año, cuando todos los meses se hace retenciones a los docentes. Y por dos años, los empleados no habían cobrado de manera correcta, el 100% de sus sueldos, sino el 70% o 75%, y cuando llegamos al gremio, alrededor del 55%”.
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Además, la sede había sido embargada por no cumplir los pagos estipulados en otro juicio, por lo que podría haber sido rematada.
Con los 3.200 afiliados que aun quedaban en el gremio (de 10.000), la buena voluntad de los acreedores y todos los otros actores del proceso, se comenzó a normalizar el sindicato pagando a sus empleados del mismo, a los comercios y afrontando algunas deudas previas hasta las elecciones que ganó la Lista encabezada por Mercedes Sosa.