Esta elección es una medición sobre el desempeño de los partidos en el poder. Los jujeños tendrán la oportunidad de evaluar si sus representantes han cumplido con las promesas originales realizadas en su momento.
Cambio de nombres y cambios de ideas
Las próximas elecciones para elegir legisladores en mayo ameritan una pregunta elemental: ¿Realmente estamos ante la posibilidad de un cambio de apellidos o esto puede significar un cambio más profundo en nuestras ideas y prioridades políticas?
Este turno electoral se podrá decidir si la opinión pública está satisfecha con el rumbo que toma la provincia y la gente.
El jujeño debe entender que el momento será crucial porque es la oportunidad de sellar el descontento o el apoyo sobre lo realizado. No se trata solo de cambiar nombres sino de una clara oportunidad para que los votantes hagan oír en serio su voz.
Si determinada comunidad siente que ha sido ignorada en las decisiones gubernamentales, podría elegir a candidatos que representen un verdadero cambio de propuestas y enfoques frente a una dirigencia que está agotada y que ya dio todo lo que tenía que dar algunos lo hacen desde hacen desde hace por lo menos tres décadas.
Es necesario que la diversidad de problemas que enfrentan las comunidades puede dar lugar a la elección de representantes que prioricen esas preocupaciones específicas ya que la actual dirigencia ha mostrado severos inconvenientes en establecer prioridades porque ha perdido el sentido común…
Las elecciones de medio término pueden ser un catalizador para el cambio de ideas políticas empujando a los partidos a adoptar nuevas visiones y enfoques sobre la realidad.
Hay que ir hacia una transición recuperando valores y políticas más en sintonía con las necesidades locales. La sociedad busca nuevos dirigentes o representantes locales capaces de abordar estos puntos de manera más eficaz.
El efecto rebote es importante en este comicio ya que el partido que gobierna si no alcanza la victoria está obligado a experimentar un cambio de timón en su capacidad de gobernar, ya que su mayoría en el parlamento puede modificarse.
Los cambios en el control del parlamento, pueden influir en la aprobación de leyes cruciales impactando en la vida diaria de la gente.
Se necesita un ciclo de renovación esencial para la salud de nuestra democracia, donde las nuevas ideas y perspectivas son necesarias para enfrentar desafíos complejos.
Ocurre que hay una distorsión en nuestro sistema democrático. Es un fenómeno que se ha vuelto evidente y que está obturando el desarrollo y el futuro de la provincia.
Se sabe que los candidatos llegan al poder gracias al voto de la gente. Prometen representar nuestros intereses, escuchan nuestras preocupaciones y están para servir a los vecinos. Sin embargo, sorprendentemente, muchos de estos representantes se encuentran rápidamente bajo la influencia de la casa de gobierno o de las intendencias.
La pregunta sería entonces: ¿dónde quedan nuestras voces? ¿Porque la política se desvía del sentido común que la gente reclama?
Esta aberración en el sistema democrático produce un efecto nocivo ya que los representantes electos en lugar de actuar como verdaderos representantes de la gente, terminan siendo ejecutores de las órdenes del poder. De esta manera las expectativas de la sociedad no se cumplen y sus necesidades pasan a un segundo plano que es lo que vemos a diario.
Esta es la desconexión. La gente clama por soluciones prácticas y razonables, pero muchas veces se enfrenta a políticas alejadas de la realidad concreta. Entonces el
Ciudadano jujeño se encuentra atrapado en un ciclo de promesas que reflejan las necesidades ni los deseos de la ciudadanía.
La falta de sentido común erosiona la confianza pública. Cuando los ciudadanos observan que sus representantes actúan en consonancia con intereses ajenos, pierden la fe en el sistema.
La política debe recuperar sus raíces, donde el sentido común y la ética son la norma y no la excepción.