Desde la Unidad Regional Nº 7 dieron a conocer algunas medidas que se implementaron luego de los trágicos hechos que se registraron durante la madrugada del pasado sábado en el sector de la Tupac Amaru.
El caso del adolescente asesinado en el marco de una fiesta clandestina realizada en un domicilio de la calle Pozo Cavado de la Tupac Amaru de Alto Comedero, sigue arrojando algunos elementos que se van conociendo a medida que avanza la investigación.
El comisario mayor Tintilay, jefe de la Unidad Regional N°7, confirmó que el episodio fue reportado inicialmente como un caso de lesiones con arma blanca, aunque con el correr de las horas se produjo el deceso de la víctima. “Al principio nos informaron que eran lesiones nada más, pero luego, tras la intervención del SAME, se produjo el fallecimiento por la herida recibida”, explicó el jefe policial.
El hecho se dio en el marco de una fiesta clandestina, organizada en un domicilio particular sin habilitación, donde incluso se habría cobrado una entrada de 500 pesos. Según indicó Tintilay, “en ese domicilio se había difundido propaganda para una reunión libre, lo que convocó a chicos, incluso menores de edad”.
Desde la Policía señalaron que, si bien existía un estado de alerta por los festejos del llamado “banderazo”, no se tenía información concreta sobre el lugar donde se iba a realizar el evento. “Sabíamos que podía pasar algo, pero no dónde. Lamentablemente ocurrió”, sostuvo el comisario.
Tras tomar conocimiento de que la víctima era menor, se activó un operativo inmediato, con presencia de autoridades policiales y trabajo conjunto con la Fiscalía. “Se actuó en forma rápida y se logró la aprehensión de los responsables, además de entrevistar a quienes participaron del evento para reunir evidencias”, detalló Tintilay.
En total, más de ocho personas fueron trasladadas, entre ellas varios menores, cuyos padres debieron hacerse presentes, ya que muchos desconocían que sus hijos estaban en esa fiesta clandestina.
Respecto al origen del conflicto, la principal hipótesis apunta a una rivalidad territorial entre jóvenes de distintos sectores.“Creemos que se trata de una cuestión de territorio, entre chicos de la Tupac y de las 47 Hectáreas, agravado por la ingesta de alcohol”, explicó el jefe policial.
Por razones de seguridad, la propietaria del inmueble decidió desalojar la vivienda, mientras que la Policía mantiene custodia preventiva en el lugar, luego de que se conocieran amenazas a través de redes sociales, incluso advertencias de incendiar la casa.
En cuanto a los presuntos involucrados principales, continúan demorados a disposición de la Justicia. También se investiga si una mujer mayor de edad habría participado junto a su pareja, quien sería menor, aunque este dato aún no fue confirmado oficialmente. “Todo eso está ahora a cargo de la Fiscalía”, aclaró Tintilay.
La causa sigue en plena investigación y no se descartan nuevas medidas judiciales en las próximas horas.
En la tarde de este lunes se llevó adelante el velatorio del menor Juan Venegas en el SUM de las 18 Hectáreas, en un clima de profundo dolor entre familiares y amigos.
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