Para que una férrea sindicalista como Yolanda Mamaní elogie a un funcionario por su gestión, la labor del nuevo directorio de Agua Potable S.E. debe haber dado un giro de 360º respecto de sus antecesores inmediatos. Empezando por la relación entre patrón-patronal, deteriorada hasta un punto de no retorno desde 2015 cuando el ex gobernador Morales entronó a su fiel seguidor Víctor Galarza al frente de la empresa.
Tiempos de cambio en Agua Potable tras "el daño colosal que causó Galarza"
La secretaria general del gremio que nuclea a los trabajadores de Agua Potable valoró la nueva dirección que ha tomado la empresa estatal desde que Juan Carlos García asumió como titular. En su visita a Sobremesa (Canal 2) fue lapidaria con el ex administrador quien mantuvo un conflicto permanente durante 8 años con los empleados.
“Al menos hoy tenemos una gestión que respeta a la gente, los trabajadores están más tranquilos, son escuchados, se detuvieron los traslados espontáneos, mucha gente fue a verlo al nuevo presidente o al vocal técnico y fueron debidamente atendidos”, describió la titular de Obras Sanitarias, recordando que la administración anterior los había sometido, apretado, perseguido y fundamentalmente precarizado.
Según narró en Sobremesa (Canal 2) la recaudación incrementó permanentemente durante los últimos años, tal como demuestra el último tarifazo autorizado por SUSEPU, pero los ingresos no fueron en el mismo ritmo, al punto que la diferencia salarial entre la misma tarea en Salta y Jujuy, con carga horaria de ocho horas llega al 200%.
“Nadie gana más de $160.000… Estamos por debajo de la línea de indigencia. Cuando en junio del año pasado comenzamos con medidas de fuerza, no nos convocaron nunca más a paritarias… Todos los incrementos a partir de allí fueron puestos en negro, sin ningún otro incentivo, han violentado el convenio…”, profundizó Mamaní antes de reconocer que un selecto grupo de aproximadamente 70 personas percibieron incrementos del 100% mientras el resto de los afiliados era castigado por reclamar una recomposición.
Desde que asumiera funciones el pasado 26/12/23, Juan Carlos García fue puesto en conocimiento de esta precariedad en la remuneración y habría mostrado voluntad para blanquear los conceptos en negro y fortalecer los alicaídos ingresos obreros. Pero el primer diagnóstico de situación sobre el servicio y los recursos de los que disponen también resultó crítico.
“La empresa en pésimo estado, los servicios en pésimo estado… Lo denuncié públicamente, está destruida, estaba abandonada. Si la nueva administración no tiene plan de obra aún, seguramente están elaborándolo pero todavía no salen del susto ante semejante catástrofe”. A pesar del gravísimo diagnóstico, Mamaní rescata que García y sus vocales finalmente les otorgaron la razón sobre cada una de las denuncias públicas que han realizado.
Este nuevo entendimiento ha podido constatarse con la reciente obra de reingeniería efectuada debajo de Puente Paraguay, cuyo impacto en la mejoría del servicio podrá ser disfrutado por 345.000 usuarios según informaron los especialistas. Obra de envergadura, descripta como las más importante de la última década, empleando recursos propios en casi toda su totalidad, entre ellos empleados que habían sido menospreciados por la ex gestión.