Que el entusiasmo sea contagioso
Ayer por la noche, ni bien pisaron tierras jujeñas, la banda Ciro y los Persas quiso ir a comer, pero grande fue su frustración cuando se dieron con que todo estaba cerrado, inclusive el restaurante del coqueto hotel donde se hospedan. Esta imagen dejó a la vista algunas de las fragilidades en materia turística de una compleja maquinaria que aún no logra ponerse en marcha.
Flanqueado por Marcos Peña y Herman Lombardi, el gobernador de la provincia dedicó varios minutos de su mensaje al tema turismo, con un entusiasmo singular, Morales destacó el potencial de Jujuy en esta materia, inclusive llegó a decir que "ahora tenemos un plan de turismo".
Desde que esta administración se hizo cargo de la provincia, hace dos años atrás, Morales viene hablando sistemáticamente de la necesidad de generar una política turística transversal, que se convierta en una política de Estado, entendiendo que la materia prima está y es distintiva del resto del país.
Sobre estos postulados no hay duda que Morales pretende marcar la senda del camino correcto, pero ante tanto entusiasmo comienzan a florecer las fragilidades de una compleja maquinaria que aún no logra ponerse en marcha.
Morales destila entusiasmo a la hora de anunciar sus planes, pero hasta el momento desde la propia estructura gubernamental no aparecen los síntomas necesarios.
Hay un nuevo equipo en Cultura y Turismo, que aún está saldando el lastre de la anterior gestión, y estos nuevos jugadores serán los responsables de transmitir el entusiasmo del primer mandatario, primero a los propios y luego a los privados.
Jujuy es carnaval, es una fiesta de todos y para todos, y ese mensaje se bajó al resto del país, para que miles de visitantes vengan a disfrutar de un carnaval como no hay otro en el país. Los primeros números dicen que los convidados llegaron masivamente, tan masivo fue que sobre la superficie quedó en clara elocuencia que aun no estamos preparados para recibir a tantos turistas.
La ciudad es el ejemplo más cristalino, la oferta para los turistas en estos tiempos carnavaleros era casi nula, sin ir más lejos, ayer por la noche ni bien pisaron tierras jujeñas la banda Ciro y los Persas pensaron en ir a comer, pero grande fue su frustración cuando se dieron con que todo estaba cerrado, inclusive el restaurante del coqueto hotel donde se hospedan.
“Jujuy a la Carta” fue solo un enunciado.
Morales habló que se incrementó el 30% de visitantes, la pregunta que surge a continuación es si se incrementó la misma cantidad de camas. La respuesta es obvia, no hay más camas.
Entonces vuelve a surgir la idea que el gasto se hace en otras latitudes.
Si a la carencia de ofertas de San Salvador le sumamos la precariedad de los servicios en la Quebrada, inferimos que el trabajo que viene por delante es de mucha complejidad, el Gobierno dice que sabe cuál es el norte, ahora son las intendencias y los privados los que deben hacer su parte.
No existe la posibilidad de hacer de Jujuy una provincia turística sin el concurso de todos los actores.
Venimos de más de 20 años de una anomia pasmosa en materia de política turística, durante la década perdida los funcionarios gubernamentales eran tan perversos que se dedicaban a abrir hoteles en otras provincias con fondos de dudosa procedencia.
El entusiasmo del primer mandatario tiene que ser contagioso, pero no alcanzará solo con enunciados, hace falta gestos concretos y firmes sobre el camino que comenzó a transitar la provincia para convertir al turismo en una genuina fuente de empleo y desarrollo.
Jujuy hoy es una provincia con turistas, el desafío es mutar esa lógica para que Jujuy sea una provincia turística. Los enunciados de Gerardo Morales deben ser interpretados primero por todo el espectro gubernamental y también por el sector privado. El gran desafío es hacer del turismo una política de estado.