Hoy, protestan porque temen que el transporte se cargará con la red de la ciudad, agravando la situación que sufren de cortes constantes de ese servicio, como así también de agua potable.
Matías es un empresario hotelero del lugar, quien criticó que el tren “va y viene durante todo el día, con tres o cuatro personas, o ninguna, vacío. Siguen vallando la estación, nos siguen encerrando. Hay que caminar, saltar las vallas, pasar por abajo. La policía impide pasar por la estación. Recurrimos a la parte judicial e intentamos llegar a la nación para que se abra una calle, un acceso a nuestras viviendas y hospedajes”.
En cuanto a las condiciones del servicio de energía eléctrica, sostuvo que “nadie se pronunció al respecto. El tren no es solar, es eléctrico y se provee de nuestra red. Más allá del problema que ya tenemos habrá otros cuando quieran cargarlo, nos chuparán toda la energía, como pasa en Volcán, que la mitad del pueblo se queda sin energía, se queman electrodomésticos y nadie se hace cargo de nada”.
Apuntó contra el gobierno y las empresas sosteniendo que “nunca hacen la infraestructura necesaria; caen dos gotas de agua, hay una tormenta eléctrica o viene mucha gente y se corta la luz. También el agua, y nos aumentan las tarifas. No hay mejoras”.