Política |

Trabajar por los que más necesitan no es tirar una manguera al piso para que tomen agua

El gobernador de Jujuy Carlos Sadir, en la provincia de Chubut, se reunió con gobernadores del sector denominado Provincias Unidas. Allí dijo que "trabajamos para quienes nos necesitan". En Jujuy los que necesitan no son atendidos por su gobierno, como la gente que no tiene agua ni vivienda y la que se atiende en hospitales desguazados en Abra Pampa donde los habitantes, para cubrir una urgencia, deberán trasladarse a unos 70 km hasta el hospital próximo, muchas veces sin medios sin recursos.

La pregunta sería ¿dónde está la gestión de Sadir trabajando para los que necesitan? Además, este señor, con el afán de diferenciarse del presidente Milei, dice, además, que gobernar no puede reducirse a la motosierra, se requiere orden macroeconómico pero también sensibilidad.

Si, supuestamente, en Jujuy hay orden macroeconómico ¿dónde está la sensibilidad sino atienden los reclamos de nadie? ¿Expresar sensibilidad con la gente es ofrecer como solución para la falta de agua de hace más de un mes en Yala y Los Nogales una manguera interminable para abastecer a la población sin tener en cuenta el detalle que en zonas altas la presión no llega? Eso es “estar más cerca de quienes nos necesitan” como dice este señor Sadir.

Si quiere estar cerca de la gente permanezca en Jujuy gobernador y no gastando 15 mil dólares en el avión sanitario para ir a sacarse una foto porque usted no tiene envergadura para liderar nada. Ese dinero despilfarrado utilícelo para estar más cerca de la gente. Qué manera más sensible de acompañar a las familias con una manguera tirada en el piso para darles agua la verdad, todo un estadista.

¿Quiere previsibilidad para las empresas? Pues entonces empiece por intervenir el Concejo Deliberante de Perico donde la corrupción es insoportable. ¿Usted está cerca de la gente o de los coimeros? Así las empresas huyen espantadas. Usted dice que provincias unidas es diálogo y compromiso con la gente. Una cosa es hablar con los militantes, otra es hablar con la gente ¿se anima? Me parece que usted no tiene nada que hacer en esa agrupación. Es una estafa a la opinión pública y va a terminar siendo un fiasco como la campaña a presidente de su jefe político.

El criterio ético central es la responsabilidad del Estado ante necesidades básicas. Cuando la gente no tiene agua ni techo y los hospitales están desmantelados o alejados en zonas de difícil acceso, la satisfacción de derechos básicos se transforma en una presión moral y política. Aquí la cuestión no es solo eficiencia macroeconómica, sino justicia distributiva y derechos humanos fundamentales.

La gestión se critica cuando se queja de que hay que desplazarse 70 kilómetros para recibir atención médica con recursos escasos, lo que sugiere una desconexión entre el discurso de cercanía y la realidad de la población. Una gestión pública debe no solo anunciar “orden macroeconómico” sino garantizar servicios universales y una logística que no abandone a nadie en zonas rurales o de alta montaña.

Expresar sensibilidad sin eficacia es una expresión vacía: ofrecer una manguera en el piso para una emergencia de agua puede aliviar el corto plazo, pero no sustituye una política de acceso sostenible al servicio básico; hay un sesgo entre performance política y legitimidad técnica, pues la gente necesita inversiones estructurales, no gestos. Además, mantenerse cercano a la gente implica coherencia entre discurso y acción; diferenciarse de Milei con un discurso macroeconómico y de sensibilidad podría parecer oportunista si la población continúa enfrentando carencias críticas. La ética pública no es asunto de oportunismo político.

En este marco, ¿qué significa “provincias unidas” en la práctica? Si el diálogo no se traduce en acciones verificables, el reclamo de diálogo y compromiso queda en el plano retórico, y la legitimidad de la coalición depende de resultados medibles: acceso a agua, vivienda digna, atención hospitalaria cercana y planes de desarrollo para zonas rurales.

En última instancia, la ciudadanía puede exigir que la gestión se concentre en necesidades reales y no en gestos; liderar no es solo difundir consignas, sino garantizar derechos básicos y una gobernanza que combine orden macroeconómico con políticas públicas sensibles y efectivas; si no hay materialización de esos principios, la crítica no solo es válida, es necesaria para exigir responsabilidad y rendición de cuentas.

Dejá tu comentario