- Diego Tarcaya, artesano de Humahuaca, describió la complicada situación que vive ese sector.
- Afirmó que los visitantes que llegan a la ciudad no adquieren muchos productos y los jujeños “no recorren mucho la Quebrada ni la Puna”.
Que la Cámara de Turismo de la provincia haya reconocido que la temporada es más complicada de lo que revieron es una señal de cómo está el sector por estos días.
Si se necesitan más pruebas para confirmarlo, está el caso de Diego Tarcaya, artesano de Humahuaca, quien tiene un puesto cerca del monumento que engalana la plaza central de esa localidad, donde los turistas llegan, miran, preguntan pero se van sin comprar. Cuando lo hacen, llevan muchas menos creaciones que en años anteriores.
“Compraban seis cazuelas o juegos de té completos, y ahora llevan dos cazuelas o dos tazas”, atestiguó Diego, quien viendo que los visitantes llegan algo apretados de presupuesto, decidió mantener los precios del año pasado, lamentando no poder actualizarlos “porque la economía está complicada para todos”.
Diego cree que otra razón de lo que ocurre es que los turistas que llegan a Humahuaca ya no son la familia que viaja en automóvil sino visitantes que pasan por otras ciudades, y van apretados de tiempo, espacio y presupuesto.
A Humahuaca están llegando, de acuerdo a Tarcaya, muchos motociclistas desde Brasil y visitantes de Francia y Suiza, mochileros que recorren el país aprovechando el cambio, pero casi ningún jujeño: “el turista jujeño no recorre mucho la Quebrada ni la Puna. Hay muchas personas que no conocen la Quebrada ni la Puna. La gente de aquí no hace turismo provincial”.