La historia continúa
Una historia de superhéroes en la posmodernidad Jujeña, por Natalia Zuccón y Noelia Toconás.
“IMAGO”, EL SUPERHÉROE
Por Natalia Zuccón y Noelia Toconas. 2013
Con esta presentación concluimos la publicación de este segmento de la serie de “Imago, el Superhéroe”. Significa que la historia continúa y que los que deseen seguir leyendo deben acudir a la publicación de la misma.
Es uno de los propósitos que tenemos al redactar esta página: despertar el interés por el libreto o el libro o la confección de los mismos o los autores.
Esta historia nos resultó creativa por la imaginación de sus autoras, Natalia Zuccón y Noelia Toconás, vigente en el interés de los lectores, sobre todo en los adolescentes y en la juventud, y eficaz el trabajo estético realizado tanto en el enunciado como en la enunciación.
Como decíamos el género tiene algo de ciencia ficción, mucho de superhéroes y se complementa con la diagramación que corresponde a la Historieta, incentiva el aprendizaje de la redacción, la confección secuencial de narrativa, la creatividad y el humor, entre otros valores.
Recordamos conceptos de las autoras: “Nietzsche, Freud, Lacan, el movimiento anti psiquiátrico, el super poder de la TV, el control de las masas se conjugan en esta historia con alto contenido de humor y muuucho YAOI”.
Felicitamos a los hacedores del grupo cultural Letras en Red al que pertenencen, en este caso, a Natalia Zuccón y Noelia Toconás, que enriquecen el hacer de las letras de Jujuy con una visión clara, juvenil, moderna y estética que tanto nos place.
A continuación, reproduciremos dos nuevos capítulos de “Imago, el Superhéroe.” Y nos despedimos hasta…otra historia que nos envíen.
¡Muchas gracias estimadas creadoras y, Felicitaciones!
“IMAGO”, EL SUPERHÉROE
4
Imago volvió a moverse a ciegas entre los restos del accidente. Empujó un objeto metálico y sintió un corte profundo en una de sus manos que enseguida comenzó a regenerarse, lanzó una exclamación de dolor pero logró arrancar al muchacho de entre los restos del vehículo.
Tosía y tosía, pero no parecía herido, así que Imago decidió que lo mejor era apartarlo de la multitud. Apartarse los dos, en realidad, él ya no hacía falta en el lugar. Después averiguaría por la televisión qué era lo que había causado semejante accidente.
Se cargó al chico al hombro y dando uno de sus portentosos saltos se alejó muchas cuadras de allí.
Fueron a dar a una plazoleta tranquila en un barrio residencial, de esos en los que nunca hay nadie en la calle.
—Gracias...—, dijo el reportero apenas sus pies rozaron el suelo.
Definitivamente se veía bien así: sucio y con la ropa destrozada. Imago le sonrió en silencio y el muchachito, quizá animado por este gesto se sujetó a su brazo, sorprendiéndolo.
—No te vayas de nuevo... —suplicó—. Tengo una pregunta más que hacerte...Imago. — ¿Ah, sí? —La voz del superhéroe era profunda y varonil.?El reportero asintió , y sin apartar sus ojos de los de Imago, preguntó:
— ¿Es verdad lo que dicen? ¿Que no puedes sentir nada...?
—Sí. ¿Por qué? —Mierda, odiaba hablar de eso...
El chico no supo qué responderle. Lo miró en silencio unos segundos y después acercó una mano al rostro de Imago intentando tocar su máscara.
—No me gusta que vean mi rostro —, protestó el héroe apartándose.
—Disculpa...Lo que quiero preguntarte en realidad es: Dices que no sientes nada ¿Tampoco sientes miedo?
— Mmmm...no. Tampoco.
Se vieron en silencio unos segundos, Imago tuvo que confesarse que estaba deseando que el muchacho volviera a tocarlo... que volviera a intentar quitarle la máscara o algo ¿Qué nuevo capricho de su mente era ese?
—Y... ¿qué opinas sobre la última amenaza que te lanzó tu archienemigo ,”Cristaloide”? —preguntó el chico interrumpiendo el silencio. —Según sus últimas declaraciones, encontró una manera de destruirte...
5
— Eso es sólo una amenaza, —respondió Imago riendo. — No hay manera de que Cristaloide conozca mis puntos débiles.
—Entonces... ¿tienes puntos débiles?
— ¿Qué es esto, otra entrevista? Dijiste “una pregunta más...” Ya van tres—. La sonrisa del héroe era hermosa, pero en su voz había algo intimidante. Se aproximó al reportero acorralándolo contra un árbol y puso sus brazos a ambos lados encerrándolo. Los ojos oscuros de Imago chispeaban y el muchacho se preguntó si se disponía a besarlo o a estrangularlo. Fue consciente de pronto de que tenía la ropa destrozada, de que estaba medio desnudo e hizo un supremo esfuerzo para no sonrojarse.
Imago ni lo besó ni lo estranguló. — ¿Me imagino que ese accidente no lo habrás armado tú para conseguir hablar conmigo de nuevo, no? — dijo acercando su rostro un poco más al del chico. Bromeaba, claro.
— Mmm...— el reportero le regaló una mirada seductora. De alguna manera se deshizo de su vergüenza. No podía perder esa oportunidad. Se colgó del cuello del héroe y con delicadeza, intentó quitarle la máscara.
— ¡No! —, se defendió Imago, apartando el rostro. — No quieres ver lo que hay ahí—susurró.
— Cierto...lo que quiero ver es lo que hay aquí...—dijo el muchacho posando suavemente su índice sobre el corazón de Imago. El héroe se quedó viéndolo, desconcertado. Entonces el muchacho se las arregló para levantarle un poco la máscara y darle un beso en la boca.
Fue suave y cálido. Imago no sabía por qué lo estaba permitiendo... Se imaginó cómo sería arrancarle la ropa al chico y tocar su piel. Su espalda, su cintura...Lo escuchó gemir y se dio cuenta de que lo estaba haciendo... ¿Qué le pasaba? No sabía, no le importaba. Quería más. Lo tomó en brazos nuevamente y se lo llevó de allí.
Hicieron el amor en una terraza desierta sobre una pila de cartones y plásticos.
Ahora el reportero era una cosa suave y tibia debajo de él. Se habían besado hasta la locura y después simplemente todo había pasado.