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Así fue la dura infancia de Rusherking, el gran amor de La China Suárez

El cantante Rusherking se encuentra disfrutando de su gran presente profesional y sentimental, pero el comienzo no fue fácil para él.

Thomas Nicolás Tobar, más conocido como Rusherking, hoy es uno de los artistas del género urbano que más creció en el último tiempo. Eso, tal vez, fue reforzado por el enorme grado de conocimiento público que adquirió por su relación con La China Suárez.

El joven de 21 años nació en La Banda, Santiago del Estero. Desde allí, construyó una carrera que va en ascenso. Hoy, con grandes canciones y su amor con la actriz, su popularidad alcanzó niveles que tal vez para él eran inesperados hace un tiempo.

No obstante, a pesar de que hoy disfruta de un presente inigualable prácticamente para un joven de 21 años, con una carrera prometedora y por haber conquistado a una de las mujeres más hermosas del país, el pasado de Rusherking no fue para nada lindo, comparado con la actualidad.

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Rusherking tuvo una infancia muy dura.

Rusherking tuvo una infancia muy dura.

En sus comienzos haciendo rimas en el freestyle se presentaba con el nombre “Rusher”, que eligió por la estrategia que usaba en el videojuego de terroristas “Counter Strike”, que consiste en comprar rápido un arma y salir a matar”, como él mismo explicó en su momento.

Si se busca un poco más atrás en la historia de Rusherking, se puede encontrar una infancia muy dura y humilde. Su padre taxista y su madre ama de casa siempre hicieron lo posible porque en su casa no faltara, al menos, el pan y el mate cocido en la mesa, al mediodía y a la noche.

Quizá, inspirado en esa realidad muy dura, Rusherking comenzó a hacer freestyle y a obtener sus primeros premios. En esos momentos fue cuando comenzó a componer sus primeras canciones, las primeras de las que hoy son un éxito.

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Rusherking disfruta de un presente soñado

Rusherking disfruta de un presente soñado

A los 17 años decidió probar suerte con el género urbano en lo que para él era una desconocida Buenos Aires. En su llegada a la Capital Federal, nada fue sencillo para el joven oriundo de Santiago del Estero.

Muchas veces, él y sus amigos no tenían para comer ni dormir. Si bien se las rebuscaban para conseguir algo de plata y solucionar el tema de la comida en el día a día, en alguna época terminaron ocupando un sótano debajo de una peluquería para tener donde dormir.

FUENTE: MDZ

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