El armado de Rivarola en la sede partidaria, el supuesto debate, no era más que una puesta en escena, el compromiso ya asumido es más fuerte que cualquier situación partidaria.
Posadas el elegido para darle el número a Morales
El viernes comentábamos que el Partido Justicialista sería el encargado de darle a Morales los votos necesarios para avanzar en la reforma constitucional.
Lamentablemente estos acuerdos de cúpula, y a espaldas de los afiliados siempre benefician a los mismos, y estos acuerdos nada tienen que ver con la política o cuestiones que apunten a mejorar la calidad de vida de los jujeños.
En estos acuerdos la política queda de lado, y se sostienen únicamente en pautas para seguir saqueando las flácidas arcas del Estado.
Cuando comenzó a dar vuelta en los corrillos políticos la posibilidad de una reforma, el proyecto ya estaba redactado y listo, guardado bajo siete llaves esperando el momento en que Morales entendiera que era el oportuno para su presentación.
Eran tiempos donde el más entusiasta reformista era el propio Rubén Rivarola, que soñaba con la posibilidad de acompañar en la formula gubernamental al propio Morales.
Era muy insistente en este asunto, muchas llamadas telefónicas a la Secretaría General preguntando sobre cuándo llegaba el momento adecuado.
Inclusive en los pasillos de la legislatura provincial el comentario más recurrente giraba en torno a que sería el propio PJ el que presentaría el proyecto, por supuesto que en absoluto acuerdo con Gerardo Morales.
Inclusive los rumores señalaban a Fernando Posadas como el encargado de llevar el proyecto con su firma hasta la mesa de entradas.
Finalmente fue el propio oficialismo el que presenta el proyecto, convencidos que esto le daría un hándicap político, Morales mandó a sus dirigentes y tilingos de turno a militar este supuesto paso a la modernidad.
El hándicap se esfumó demasiado rápido, a la misma velocidad con que se leía la iniciativa.
Lejos de ser un paso a la modernidad es un brutal salto a la consolidación de un perverso sistema de vasallaje.
Una provincia con Morales legalizando la suma del poder público.
Este nuevo atropello, Morales lo logra con el absoluto e incondicional apoyo de Rubén Rivarola, quien aspira no solo a tributar a Morales a cambio de algunos suculentos beneficios, sino también a compartir esa suma del poder público, quiere ser un par y a eso apuesta todo a un pleno.
Rivarola aseguró el voto que le falta a Morales, pero como el costo político que sea el propio presidente del PJ el que levante la mano es demasiado alto, encontraron en el siempre comedido Fernando Posadas al hombre indicado para darle a Morales el número de legisladores que necesita para convocar a la constituyente.
El relato está armado, lo presentarán a Posadas como un libre pensador que por un ratito se desmarcó del PJ, respondiendo supuestamente a fingidas convicciones personales, digamos que argumentará una suerte de objeción de conciencia. Pero a no equivocarse, lo hará por orden y mandato de Rivarola.
Así Morales tendrá los números que necesita, inclusive Juan Eduardo Ortega, hijo de Nilson, también podría levantar la mano para poyar a Morales, cosa que Posadas no sea el único voluntarioso.
Por otra parte, tanta certeza hay que este proyecto obtiene los números necesarios, que ya están armando desde el PJ las diásporas que intentarán dividir los votos para beneficiar a Morales y la UCR.
Está prácticamente confirmado que José Luis Martiarena ya estaría trabajando en la conformación de una lista, obviamente con el guiño de Rivarola, y teniendo como principal sponsor de campaña al propio Gobierno Provincial, tal cual ocurriera en las generales del 2021.
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