El mundo del rock está de luto. Este martes, a los 68 años falleció María José Cantilo tras atravesar un cuadro delicado de salud. La noticia se difundió vía redes sociales y no trascendieron más detalles.
Murió María José Cantilo, una de las pioneras del rock nacional
A los 68 años murió una de las pioneras de la escena musical de la década de los '80.
La cantautora grabó nueve discos y colaboró en otros tantos de los principales artistas del rock nacional.
La artista nació en Buenos Aires en el seno de una familia numerosa: eran diez hermanos. El mayor es el músico de rock Miguel Cantilo. Ella comenzó a tocar la guitarra de muy chica y a los diecisiete años compuso su primera canción.
De adolescente frecuentaba la casa de la calle Conesa, famosa por el nombre que dio a un disco de Pedro y Pablo. A ella iban grandes músicos como Moris, Pappo, Roque Narvaja, Miguel Abuelo, Kubero Díaz y Jorge Pinchevsky.
En los '60 se mudó a El Bolsón para experimentar la vida en comunidad y el contacto con la naturaleza. A los años regresó a su provincia natal recargada para darle inicio a su carrera artística. Con un estilo folk rock acústico; Cantilo grabó su álbum debut homónimo en el año 1984, del cual participaron grandes músicos como David Lebón, León Gieco, Osvaldo Fattorusso, Daniel Colombres y su hermano Miguel Cantilo, entre otros.
Su segundo disco se lanzó a comienzos de los '90, una década bastante movida para la cantante. Participó en la tapa de la revista Playboy y fue detenida dos veces por tenencia de drogas. Pasó dos años y 8 meses en una cárcel y de esta experiencia escribió un libro.
“En la cárcel aprendí mucho. Pero me hice cargo. Lo asumí, lo elaboré y lo superé. No pretendo enterrar esa etapa de mi vida para que nadie la vea. Y la prueba está en que cargué con el estigma al hombro, caminé con él y siempre di la cara. Pero después de tanta oscuridad, me dediqué a asimilar luz. Lo primero fue Aimé... y después libros, música y amor. Ahora sólo tengo que evitar que me vuelva a pasar lo mismo”, reconoció la cantautora en alguna oportunidad.
“¿Le dejó alguna enseñanza el hecho de haber estado presa?”, le preguntaron una vez y ella no tuvo vueltas al responder. “Que no se puede andar bardeando por la vida”, dijo. “En un tiempo trabajaba con gente de energía muy baja. Arriesgué demasiado. Me vino el palo y me costó digerirlo. Me metí en un tema que lindaba con la ilegalidad. Uno nunca quiere hacer mal, pero a veces bardea, de inconsciente nomás”, transcurrido ese tiempo oscuro que supo transitar a lo largo de su vida.
“Ya rendí las materias más difíciles de mi vida, las que menos me gustaban. Ahora tengo derecho a ser feliz”, le comentó al diario Página/12 en 2000, sobre su regreso a la música, que había comenzado en el año anterior con el disco Sai Ram.
Al año siguiente lanzó otro disco, esta vez con un repertorio de standards de bossanova y jazz, y el gesto marcaría su carrera de ahí en más.
Su último disco publicado es Esencia, de 2011, producido por su hijo, el guitarrista Gaspar Benegas.