El deceso de este preso, se habría producido por una profunda herida en el cuello, tras un violento enfrentamiento, en primer instancia con otro detenido.
El malestar dentro de los establecimientos penitenciarios se hace más notorio cada vez, no solamente por los niveles de violencia que escalaron dentro de las cárceles, sino porque además deja en evidencia la falta de recursos humanos y de infraestructura para hacer frente a estas situaciones.
Un claro ejemplo de esto último, fue el intento de motín dentro de la cárcel de Chalicán de la semana pasada.
Desde horas tempranas, mientras algunos de los familiares de los reclusos esperaban para poder ingresar a ver a los mismos y se encontraban apostados en el lugar, fueron desalojados por la activación de un protocolo de seguridad en el pabellón Nº 3, donde se habría producido la gresca de la que tomaron participación en principio dos internos.
Inmediatamente se convocaron a otros agentes penitenciarios de antimotines, para evitar que la situación se desborde dentro de la prisión que además cuenta con el vaciamiento de varios de sus elementos activos, ya sea por enfermedad de algunos y otros por los traslados a Chalicán.
En el lugar, se hicieron presentes los elementos del Ministerio Público de la Acusación, como ser fiscales y personal de Criminalística, para trabajar en el lugar.