Desde el vamos perdió la cualidad básica que debe poseer el fiscal anticorrupción, ni siquiera Félix Crous (actual fiscal de la OA nacional) o Laura Alonso (antecesora) se animaron a tanto, a pesar de que la filiación con el Ejecutivo de turno era más que evidente.
Su designación fue objeto de críticas desde el minuto 0, en primera instancia por no cumplir con los trámites protocolares en tiempo y forma, ni hace falta ahondar en su currículum netamente radical. Explicaba en alguna ocasión el ex fiscal adjunto Juan Manuel Soler “La Oficina Anticorrupción debe estar en manos de la oposición o que su titular sea designado por concurso. De esa manera podemos tener un verdadero control objetivo”, una cuestión de sentido común que poco parece importarle a la clase política.
Josefa del Valle Herrera asumió como titular de la Oficina Anticorrupción de Jujuy
En repetidas oportunidades el periodismo independiente trató de indagar en su tarea, pero habiendo aprendido la lección Herrera bajo al mínimo su perfil público, tal es así que a veces era imposible de rastrearla. Quedará para los anales de la historia la citación al diputado provincial Palmieri, la abogada local Florencia Romero, los médicos Barrera y Gaspar que tras cuestionar la gestión de recursos durante la pandemia fueron literalmente plantados en la puerta de una Oficina Anticorrupción cerrada.
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Pero independientemente de las actividades sociales, capacitaciones y recepción de Declaraciones Juradas Patrimoniales (que muchos funcionarios adeudan aunque el plazo venció el 30/06) el resto del trabajo desempeñado por la OA está envuelto en misterio. Si por caso tuvo más difusión el encontronazo que mantuvo con la ex legisladora justicialista Alejandra Cejas a fines de 2020.
Paradójicamente una de las virtudes que Herrera ofreció desde su posicionamiento, era la digitalización veloz de los expedientes y su posterior publicación en el sitio oficial con el fin de trasparentar su desempeño. Hace poco más de un año la web era actualizada, pero tras una mínima búsqueda en ella solo queda una sensación de insuficiencia. Solo la sección noticias, donde se cargan notas frívolas parece actualizada con cierta periodicidad.
En el apartado Informe de Gestión se adolece de los documentos correspondientes a los períodos 2019 (último año de Millón Quintana) y 2020 (primero de Josefa Herrera), archivos cruciales para conocer la cantidad de expedientes: en trámite, iniciados, finalizados, archivados, judicializados, entre otras acciones.
Aún más llamativa es la escasez de contenido en la sección Resoluciones, crucial apartado para conocer en detalle las actuaciones. La última entrada data del pasado septiembre 2021, cuando la OA se expidió favorablemente sobre la denuncia presentada por la diputada radical Alejandra Elías tras acusaciones de corrupción vertidas en su contra. Entre los otros quince archivos visibles, muchos resuelven cuestiones administrativas internas.