El Tribunal Oral Federal de Jujuy, condenó a los hermanos Néstor, Mario y Juan Carlos Galián a las penas de 8 años y 3 meses de prisión, 8 años y 9 meses de prisión y 9 años de prisión, respectivamente, por el delito de transporte de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas organizadas, en grado de coautores, en el marco de una operación de tráfico de 123 kilos de cocaína desbaratada el 11 de septiembre de 2022 en nuestra provincia.
Condenas de 6 a 9 años para integrantes de una banda narco en Jujuy
Cinco personas resultaron culpables por el tráfico de 123 kilogramos de cocaína que fueron secuestrados en septiembre del año pasado en un operativo realizado por Gendarmería Nacional.
A esta sentencia, se suman las penas impuestas por los mismos hechos a Juan Quiroga Oropeza y Martina Yaquelina Paiva, a través de sendos acuerdos de juicio abreviados homologados por el juez federal de Garantías de Jujuy, Eduardo Hansen, el 10 de julio pasado.
Quiroga y Paiva, a quienes se le aplicó la misma calificación legal, recibieron penas de 6 años de prisión, dado que tuvieron una participación menor. El primero, como conductor, y la segunda, por haber contribuido a brindar la apariencia de un traslado familiar a la operación de tráfico.
Según lo alegado por el fiscal en el juicio a los hermanos Galián, la organización puso en marcha el transporte de 123 kilos de cocaína, para lo cual utilizó dos camionetas Renault Koleos, una de color blanca y otra gris, que partieron de La Quiaca rumbo a Buenos Aires.
El fiscal señaló que, previamente, Mario Galián, el menor de los tres hermanos y, además, oficial inspector de la Policía de la provincia de Río Negro, se movilizó en una camioneta Renault Duster Oroch, en la que también viajaba una mujer y su hija.
El convoy, que circulaba por la ruta nacional 9, no tuvo inconvenientes hasta la localidad de Tres Cruces, donde personal de la Gendarmería Nacional había dispuesto dos puestos de control, con una distancia aproximada de 6 kilómetros uno de otro.
Mario Galián, que iba al mando del coche puntero, no tuvo problemas para sortear ambos puestos. Por detrás, en tanto, lo hicieron las camionetas Renault Koleos, que evadieron el primer control, aunque no pudieron hacer lo mismo con el segundo.
Ante la voz de alto de la segunda patrulla, que ya había sido alertada y ocupaba una parte de la calzada para evitar otra fuga, Quiroga Oropeza, quien conducía la camioneta blanca, se detuvo para el control. Lo mismo hizo Néstor Galián, quien guiaba el otro rodado y llevaba como acompañantes a su hermano Juan Carlos y a Paiva.
El fiscal explicó que, ante las respuestas confusas que dieron ambos conductores y el nerviosismo que evidenciaron, el MPF tomó intervención y dispuso, con el control judicial del caso, el traslado de las camionetas a la base operativa de la Gendarmería en la zona, donde se realizó una requisa más profunda. Como resultado de ello, en la camioneta blanca se hallaron 67 kilos de cocaína y en la gris fueron descubiertos otros 56 más de la misma sustancia. La droga estaba oculta en el piso y en el baúl de los vehículos. En consecuencia, las personas involucradas fueron detenidas y se secuestró dinero y varios teléfonos celulares.
Investigación compleja
Desde ese momento, bajo la supervisión del fiscal Zurueta, se llevó adelante una investigación que incluyó tareas de campo e inteligencia criminal.
En la pesquisa se detectaron comunicaciones en idioma “Quechua”. A partir de su traducción, los investigadores advirtieron los movimientos de la organización, que habían tenido inicio en Buenos Aires, de donde sus integrantes viajaron con ambas camionetas hasta Jujuy para luego cruzar a Bolivia y de allí retornar con la droga cargada.
La fiscalía destacó el informe de distintas cámaras de seguridad, que permitió reconstruir el derrotero de los vehículos, determinar el rol de los acusados y, sumado a informes técnicos de corroboración de identidad, posibilitó acreditar la participación responsable en el hecho de Mario Galián, policía de la provincia de Rio Negro, que fue finalmente detenido en el sur del país luego de que la fiscalía lograra dar con su paradero.
El fiscal destacó el aporte dado por la administración de dos hoteles de La Quiaca, en donde los acusados se hospedaron, y el peritaje sobre los teléfonos secuestrados.
Entre otros argumentos, la fiscalía se refirió al preciso relato de los gendarmes respecto a la fuga de las dos camionetas al recibir la voz de alto en el primero de los puestos. Uno de los efectivos recordó haber controlado una camioneta Duster Oroch, unos minutos antes, que iba conducida por Mario Galián, a quien reconoció en la sala de juicios.
Por otra parte, los gendarmes señalaron una serie de imprecisiones en las que incurrieron los ocupantes de las camionetas Renault Koleos en el segundo puesto de control. Explicaron que el chofer de uno de los rodados sostuvo que provenía de La Quiaca, donde había realizado tareas para la municipalidad, e incluso que estuvo alojado en un hotel de la comuna, pero no supo indicar cómo se llamaba el intendente.
El otro conductor, en tanto, aseguró también que provenía de la misma ciudad jujeña, donde dijo que había participado de actividades vinculadas a la fiesta de los estudiantes, cuando es conocido que esa festividad se lleva a cabo en San Salvador en otra fecha.
A partir del impacto de los teléfonos celulares en las antenas de la región, la fiscalía trazó el recorrido y reconstruyó la participación y los roles que tuvieron los hermanos en el transporte.