El panorama descripto por la profesora fue alarmante para con los establecimientos educativos de Humahuaca y zonas aledañas, donde los estudiantes, en momentos de recreo o espacios libres, se refugian en los baños para consumir sustancias, principalmente marihuana. “Estamos en alerta porque los estudiantes, en cualquier momento libre, van a los baños y comienzan a consumir. Esto ha llevado a que encontremos drogas en instalaciones escolares”, explicó evidenciando un problema que cobra visibilidad.
En su declaración, la educadora detalló el protocolo de intervención que sigue el personal escolar ante estas situaciones: una vez detectado el consumo, la sustancia es confiscada, se avisa a la dirección y, posteriormente, se notifica a los padres y a la policía. Sin embargo, este procedimiento muchas veces no alcanza para atacar el problema de fondo.
“La mayoría de los estudiantes que están inmersos en el consumo atraviesan problemas familiares graves. Necesitan apoyo, y aunque los docentes tratamos de brindarles escucha, es difícil cuando no contamos con profesionales capacitados para este tipo de intervención. En Humahuaca y sus alrededores, la falta de psicólogos y psicopedagogos en las escuelas es una realidad que agrava esta problemática”, expresó.
En las comunidades rurales, el fenómeno del consumo de marihuana y otras drogas es una preocupación creciente, según explicó basada en su experiencia como docente rural en Yavi, siendo testigo de como el narcomenudeo gana territorio, tradicionalmente alejadas de este tipo de problemáticas: “fue impactante ver cómo el consumo de marihuana había llegado hasta allí. Este año, incluso, escuché sobre casos de consumo de paco en otras escuelas de la región”, agregó.
A pesar de la gravedad de esta situación, la educadora señaló la falta de programas de concientización en los colegios este año, a diferencia de 2022, cuando hubo un mayor esfuerzo en jornadas preventivas sobre el consumo de alcohol y drogas. Quispe lamentó que la comunidad educativa y los propios estudiantes expresan una constante demanda de profesionales de la salud mental, una necesidad que ha sido ignorada por las autoridades educativas.
La falta de profesionales es notoria. Las escuelas, tanto en la Quebrada como en la Puna, necesitan al menos un psicólogo por institución, ya que los itinerantes no logran cubrir todas las demandas. Este año, hemos visto pocos esfuerzos de concientización en comparación con el año pasado La falta de profesionales es notoria. Las escuelas, tanto en la Quebrada como en la Puna, necesitan al menos un psicólogo por institución, ya que los itinerantes no logran cubrir todas las demandas. Este año, hemos visto pocos esfuerzos de concientización en comparación con el año pasado